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CONFERENCIA 30 OCTUBRE

lunes, 6 de marzo de 2017

HOJA PARROQUIAL Nº 130

PARROQUIA DE CRISTO REY-
Hoja Parroquial nº 130
Semana del 5 al 11 de marzo de 2017
Mensaje del Papa para la Cuaresma 2017
«El apego al dinero produce una especie de ceguera; no se ve al pobre»
«La Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte. Y en este tiempo recibimos siempre una fuerte llamada a la conversión: el cristiano está llamado a volver a Dios «de todo corazón» (Jl 2,12), a no contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con el Señor. Jesús es el amigo fiel que nunca nos abandona, porque incluso cuando pecamos espera pacientemente que volvamos a él y, con esta espera, manifiesta su voluntad de perdonar (cf. Homilía, 8 enero 2016)». Así empieza el Papa Francisco su mensaje para la Cuarema 2017, que ha titulado La palabra es un don. El otro es un don, a lo largo del que desgrana la parábola del hombre rico y el pobre Lázaro.
Francisco invita en un primer momento a fijar la mirada en Lázaro, que enseña «que el otro es un don». Y añade: «La justa relación con las personas consiste en reconocer con gratitud su valor. Incluso el pobre en la puerta del rico no es una carga molesta, sino una llamada a convertirse y a cambiar de vida. […] La Cuaresma es un tiempo propicio para abrir la puerta a cualquier necesitado y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo. Cada uno de nosotros los encontramos en nuestro camino. Cada vida que encontramos es un don y merece acogida, respeto y amor».
Luego analiza la figura del rico, en el que ve «la corrupción del pecado que se realiza en tres momentos: el amor al dinero, la vanidad y la soberbia». «El apóstol Pablo dice que “la codicia es la raíz de todos los males” Esta es la causa principal de la corrupción y fuente de envidias, pleitos y recelos. El dinero puede llegar a dominarnos hasta convertirse en un ídolo tiránico En lugar de ser un instrumento a nuestro servicio para hacer el bien y ejercer la solidaridad con los demás, el dinero puede someternos, a nosotros y a todo el mundo, a una lógica egoísta que no deja lugar al amor e impide la paz».Tanto es así que el Pontífice llega a afirmar que «el fruto del apego al dinero es una especia de ceguera: el rico no ve al pobre hambriento, llagado y postrado en su humillación»
«Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor ―que en los cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador― nos muestra el camino a seguir», concluye.


La prostituta a la que salvó la Santa Misa

Anteayer me llamó el padre Osmín, un sacerdote venezolano también del Movimiento Cultural Cristiano, consultándome si conocía alguna institución eclesial para la recuperación de las prostitutas. Me comprometí a llamar a las religiosas adoratrices y le pregunté si me podía explicar qué ocurría.
Muy temprano había llegado a su parroquia, en el desvencijado centro de la ciudad, una muchacha de 17 años que buscaba el amparo de la Iglesia para escapar de la trata de mujeres. A los 14 años, tras discutir agriamente con su madre, se escapó de casa y no encontró otra forma de sobrevivir que entregarse por dinero. Ha recorrido media Venezuela y parte de Colombia, alquilada a los devastadores de cuerpos y almas jóvenes. Así llegó a nuestra localidad, muy lejos de su lugar de origen. Pero, no aguantó más. Huyó del hotel donde debía encontrarse con unos desalmados y pasó la noche escondiéndose de la oscuridad de sus recuerdos.
Al rayar el alba, añorando el abrazo materno, buscó el regazo que siempre nos acoge, la Iglesia y su figura, María. Y ahí la encontró mi compañero, gimiendo a los pies de la Inmaculada, Consolatrix aflictorum, ante la imagen que aparece en la fotografía –en la que también está el padre Osmín y un matrimonio amigo de ambos–. Ella sabía que esa era su casa y su Madre. Lo sabía con la certeza que el Espíritu solo da a los sencillos y a los sufrientes.
Osmín no la juzgó ni quiso salir de aquello rápidamente. Escuchó largamente a la joven, que le fue desvelando el sufrimiento atroz de un alma hecha jirones a causa del pecado del mundo, también del nuestro, como describe magistralmente el escritor francés Van der Meersch. Solo al final del relato de su vía crucis, el sacerdote amigo le preguntó cómo había soportado tanta humillación. «Gracias a la Misa, padre», contestó la adolescente. «He ido todos los domingos, estuviese donde estuviese. Eso me lo enseñó mi abuela en el pueblo donde me crié y es lo que me ha salvado. Si no fuera por la Misa me habría suicidado mil veces. Con vergüenza, me escondía detrás de una columna y le rogaba a Jesús y a la Virgencita que me sacasen de esto. Domingo tras domingo».
Gracias a que en la Iglesia encontró, quizá por primera vez, a alguien que se acercó a ella para amarla y no para utilizarla, esta joven está recuperando la esperanza y ha empezado a restablecer los lazos rotos con su familia, pieza clave para la sanación. Yo nunca había entendido eso de que «las prostitutas nos precederán en el Reino de los cielos» como hasta ahora: para ellas, como para los demás que llevan el peso de las consecuencias de nuestro mal, la Eucaristía, la Iglesia, la Santísima Virgen… no son juegos burgueses para usar a capricho. Son cuestiones de vida o muerte. Literalmente.
DEJARSE TRANSFORMAR CON PACIENCIA

Una tacita, preciosamente decorada, se atrevió a contar su historia al dueño que la sujetaba con ternura en sus manos:
Yo no he sido siempre esta taza que ves y sabes admirar. Hace mucho tiempo era simplemente barro amorfo. Mi creador me tomó entre sus manos y me fue modelando cariñosamente. Le pedí que me dejara ya en paz. Él sonrió y me dijo: “Aguanta un poco más, todavía no es tu tiempo”. Me puso en un horno, me pinto, me volvió a meter en otro horno. En cada manipulación me quejaba, y siempre la respuesta era la misma: “Aguanta un poco más, aún no es tu tiempo.” Al fin me dejó en la repisa hasta que me enfriara. Me puso ante un espejo y me dijo: “Mira, ésa eres tú”. No podía creerlo. Lo que veía era muy hermoso. Y casi nada recordaba el barro tosco del que inicialmente estaba hecha, el Creador me habló: “Sé que no todo lo que hice contigo te agradó, pero si te hubiera dejado cuando tú te quejabas, nunca habrías llegado a ser lo que ahora eres. Yo sabía desde siempre lo que tenías que llegar a ser. Gracias por dejarte modelar”.


Tengo dudas. Señor, aumenta mi fe

Teodoro es una buena persona, padre de familia, feliz con su profesión en los medios de comunicación social, comprometido en la acción social. Se considera agnóstico, pero tiene una gran sensibilidad por la belleza, la interioridad y la verdad. De repente, le sobrevino una verdadera tragedia: le avisaron de que su hijo de 20 años ha tenido un accidente de tráfico muy grave. Se acerca al hospital donde los médicos intentan salvar su vida. En la sala de espera le comunican su fallecimiento y, presa de la desesperación, se da golpes de cabeza contra la pared, se revela en su interior.
A los 15 días me encontré con él en la calle. Caminaba cabizbajo, ensimismado. Me detuve a su lado, le expresé mis condolencias, me comentó su dolor y su impotencia, le abracé e intenté aliviar su pena. Le comenté un relato del Evangelio en el que, ante Jesús, se presenta un padre angustiado por su hijo martirizado por malos espíritus. Le pidió: «Si algo puedes, ten piedad de nosotros y ayúdanos». A la respuesta de Jesús, «Todo es posible para el que tiene fe», replica el padre: «Tengo fe, pero con muchas dudas. Aumenta mi fe».
A esta luz le animé a confiar en que hay un horizonte más allá de la muerte; que su hijo, arrancado de esta orilla, llegará a otra rivera. Allí habrá sorpresas, despertará en los jardines de la luz, donde le espera el Dios de la vida con los brazos abiertos, para rehacerlo en una experiencia inédita. El que se ha ido se queda amasado en la carne de los suyos y seguirá latiendo en sus adentros como un eco que nunca acaba de ceder a los ruidos del olvido. Le prometí las oraciones de la comunidad parroquial y quedé a su disposición.
Fue el inicio de una amistad sincera y duradera. Con el tiempo se fue rehaciendo de tal modo que, con ocasión de otra muerte trágica, dedicó una semana a acompañar a su tía que había perdido también a una hija para ayudarla a salir del túnel oscuro.
Cuando me reencuentro con él me expresa su gratitud por aquella primera cercanía a su dolor, y confiesa que, cada vez, que recuerda a su hijo, se sigue estremeciendo.
UNA CUARESMA PARA DAR FRUTOS

El árbol bueno da frutos buenos. Y para que llegue a darlos, el árbol requiere muchos cuidados.
Lo primero que hay que hacer es preparar la tierra para plantarlo; ha de estar la tierra bien regada, sin malas hierbas ni piedras que impidan a sus raíces extenderse y agarrar profundamente la tierra.

Después, es necesario tener una gran paciencia para permitirle crecer a su ritmo. También es necesario darle tiempo para reponer fuerzas, para recobrar la salud. En una palabra, hay que estar pendientes de él con un gran cuidado. Al árbol hay que darle también sus oportunidades.
Hay que podar las ramas secas para que la savia pueda llegar sin dificultad hasta las ramas más pequeñas y más alejadas del tronco.
Hay que apuntalarlo para que resista las tempestades. Si es frágil y está mal cuidado, resistirá poco y será arrancado de cuajo. hay que preservarlo de los bichos que se cobijan en él y le destruyen quitándole las fuerzas.
Hay que preocuparse de él en todo momento. ¡Entonces sí que será capaz de dar los frutos esperados, sabrosos y nutritivos!
Nosotros somos parecidos a los árboles. Nuestros frutos son nuestras obras y nuestras palabras. Si permanecemos plantados en la Palabra de Jesús, en su Evangelio, entonces daremos frutos -nuestras obras y palabras- en las cuales se podrá saborear la Palabra de Jesús. Si nos preocupamos de que nuestras raíces estén asentadas en Jesús; entonces nuestros frutos serán frutos de amor y no de odio.

Decálogo de la conversión cuaresmal
1.- La conversión es recordar que el Señor nos hizo para sí y que todos los anhelos, expectativas, búsquedas y hasta frenesíes de nuestra vida, sólo descansarán, sólo se planificarán, cuando volvamos a El.
2.- La conversión es la llamada insistente a asumamos, reconozcamos y purifiquemos nuestras debilidades.
3.- La conversión es ponernos en el camino, con la ternura, la humildad y la sinceridad del hijo pródigo, de rectificar los pequeños o grandes errores y defectos de nuestra vida.
4.- La conversión es entrar en uno mismo y tamizar la propia existencia a la luz del Señor, de su Palabra y de su Iglesia y descubrir todo lo que hay en nosotros de vana ambición, de presunción innecesaria, de limitación y egoísmo…
5.- La conversión es cambiar nuestra mentalidad, llena de eslóganes mundanos, lejana al evangelio, y transformarla por una visión cristiana y sobrenatural de la vida.
6.- La conversión es cortar nuestros caminos de pecado, de materialismo, paganismo, consumismo, sensualismo, secularismo e insolidaridad y emprender el verdadero camino de los hijos de Dios, ligeros de equipaje.
7.- La conversión es examinarnos de amor y encontrar nuestro corazón y nuestras manos más o menos vacías.
8.- La conversión es renunciar a nuestro viejo y acendrado egoísmo, que cierra las puertas a Dios y al prójimo.
9.- La conversión es mirar a Jesucristo -como hizo Teresa de Jesús a su Cristo muy llagado- y contemplar su cuerpo desnudo, sus manos rotas, sus pies atados, su corazón traspasado sentir la necesidad de responder con amor al Amor que no es amado.
10.- Y así, de este modo, la conversión, siempre obra de la misericordia y de la gracia de Dios y del esfuerzo del hombre, será encuentro gozoso, sanante y transformador con Jesucristo.

LA ORACIÓN ES LUZ DEL ALMA
De las homilías de san Juan Crisóstomo, obispo (Suplemento, Homilía 6 sobre la oración: PG 64, 462-466)

El sumo bien está en la plegaria y en el diálogo con Dios, porque equivale a una íntima unión con él: y así como los ojos del cuerpo se iluminan cuando contemplan la luz, así también el alma dirigida hacia Dios se ilumina con su inefable luz. Una plegaria, por supuesto, que no sea de rutina, sino hecha de corazón; que no esté limitada a un tiempo concreto o a unas horas determinadas, sino que se prolongue día y noche sin interrupción.
Conviene, en efecto, que elevemos la mente a Dios no sólo cuando nos dedicamos expresamente a la oración, sino también cuando atendemos a otras ocupaciones, como el cuidado de los pobres o las útiles tareas de la munificencia, en todas las cuales debemos mezclar el anhelo y el recuerdo de Dios, de modo que todas nuestras obras, como si estuvieran condimentadas con la sal del amor de Dios, se conviertan en un alimento dulcísimo para el Señor. Pero sólo podremos disfrutar perpetuamente de la abundancia que de Dios brota, si le dedicamos mucho tiempo.
La oración es luz del alma, verdadero conocimiento de Dios, mediadora entre Dios y los hombres. Hace que el alma se eleve hasta el cielo y abrace a Dios con inefables abrazos, apeteciendo la leche divina, como el niño que, llorando, llama a su madre; por la oración, el alma expone sus propios deseos y recibe dones mejores que toda la naturaleza visible.
Pues la oración se presenta ante Dios como venerable intermediaria, alegra nuestro espíritu y tranquiliza sus afectos. Me estoy refiriendo a la oración de verdad, no a las simples palabras: la oración que es un deseo de Dios, una inefable piedad, no otorgada por los hombres, sino concedida por la gracia divina, de la que también dice el Apóstol: Nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.
El don de semejante súplica, cuando Dios lo otorga a alguien, es una riqueza inagotable y un alimento celestial que satura el alma; quien lo saborea se enciende en un deseo indeficiente del Señor, como en un fuego ardiente que inflama su alma.
Cuando quieras reconstruir en ti aquella morada que Dios se edificó en el primer hombre, adórnate con la modestia y la humildad y hazte resplandeciente con la luz de la justicia; decora tu ser con buenas obras, como con oro acrisolado, y embellécelo con la fe y la grandeza de alma, a manera de muros y piedras; y, por encima de todo, como quien pone la cúspide para coronar un edificio, coloca la oración, a fin de preparar a Dios una casa perfecta y poderle recibir en ella como si fuera una mansión regia y espléndida, ya que, por la gracia divina, es como si poseyeras la misma imagen de Dios colocada en el templo del alma.

AGENDA DE LA SEMANA
Esta semana rezaremos por las religiosas de la parroquia y por las vocaciones a la vida consagrada.
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Todos los días laborables de Cuaresma a las 6.30h de la mañana se rezará la Oración comunitaria de Laudes.
Los viernes se rezará el Ejercicio del Viacrucis a las 19h.

HOJA PARROQUIAL Nº 129

PARROQUIA DE CRISTO REY-
Hoja Parroquial nº 129
Semana 26 de febrero al 4 de marzo de 2017


40 DÍAS DE ORACIÓN Y AYUNO POR LA VIDA

Del 1 marzo al 9 de abril de 2017 (durante la Cuaresma ), Parroquias por la Vida - Grupo de oración por la vida de Valencia proponemos realizar una Campaña de 40 días de Oración y Ayuno por la Vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. Durante el periodo de Cuaresma (40 días), a través de la oración, el ayuno y el sacrificio personal queremos acceder al poder de Dios, en espíritu de unidad, para transformar los corazones y las mentes de la cultura de la muerte a una cultura de la vida, especialmente poniendo fin al aborto en España y en el mundo.
El participante en la campaña se compromete a:
1. Rezar todos los días por la Vida en la forma que cada uno decida (por ejemplo, oración por la Vida de San Juan Pablo II, rosario por la vida, participación en la Eucaristía, etc.).
2. Ayunar al menos un día a la semana en la forma que cada persona decida. El ayuno puede ser de alimentos, o privarse de cualquier otra cosa a la que se quiera renunciar por amor a Dios. La idea es recordar los 40 días del Señor en el desierto.
3. Divulgar la campaña de oración por los medios que cada uno considere más adecuados.
EVENTO EN FACEBOOK: Compartir e invitar a vuestras amistades a participar en el evento
https://www.facebook.com/events/1223693924417401/
Estorbo
«¿A quién?» «Bueno, no hago más que dar guerra. A las chicas que me cuidan, a mis nietas cuando vienen a verme. Mis cuatro hijos se reparten el mes y, como uno vive fuera, aunque tiene a las hijas estudiando aquí, cuando le toca, son las niñas. Me caí por las escaleras en unos almacenes y me quedé casi paralítica. Llevo meses así. No me aguanto de pie. No puedo vivir sin el aparatito del oxígeno. ¿Ves? Doy la lata. Yo solo le pido a Dios que esto no dure mucho, que me lleve pronto. ¿Es pecado desear la muerte? Porque, si lo es, ya no la deseo. Pero…».
Empezamos entonces a recorrer su vida. Como la mayoría de las madres, además de tenerlo todo controlado, de ser la secretaria particular de su marido y de sus hijos, de hacer que la casa funcionase sin complicación aparente –compras, limpieza, médicos, orden, etc.–, era la encargada de los hospitales cuando había que hacer visitas o quedarse a pasar la noche con alguien o acompañar a esa tía soltera. «Compréndelo, a mi marido le daba un no sé qué en los hospitales, era superior a sus fuerzas». De abuela también lo hacía. Y de bisabuela, hasta que se cayó por unas escaleras.
¿Os suena? Un soniquete más: «Si eres una histérica del orden y de la limpieza, es cosa tuya», literal, durante años. ¿A que también os suena? «Mira –le dije–, igual te toca ahora que te cuiden y aprender a dejarte querer». Resultó fácil animarla. En cuanto rascamos un poco, que si jugar a las cartas –al mus, dos, chungo; pero a la canasta…–, que si escuchar la radio –«que se estiren tus hijos y te compren una de botones, para que sea fácil ir cambiando de emisora si te aburres»–, que si hablar de tabaco –«de joven, negro y sin boquilla»–, aunque no sea fumar, pero «una lo piensa, y ya le vale». Empezó a sonreír. No estorba nada. No da la lata. Está muy malita. Va a pedir que pongan fotos suyas: era muy guapa.
El próximo día voy con dos barajas francesas. A ver quién de los dos hace una oculta y limpia de monos, que vale 4.000. Y le llevaré la comunión. Bueno, si sigue queriendo morir, un cura que la confiese. «No, ven tú». Pues no te quieras ir, reinita.
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad

ORACIÓN A MARÍA INMACULADA
POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,a Ti confiamos la causa de la vida:
mira, Madre, el número inmenso
de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo
sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida
(San Juan Pablo II - Encíclica Evangelium Vitae).
La comida que nos sobra

Con frecuencia se habla y se escribe sobre tantos alimentos que desperdiciamos, que después de guardar en la nevera los tiramos. ¿No sería conveniente fomentar más positivamente la conciencia de administrar mejor nuestros ingresos económicos, y asiduamente apartar una cuota según nuestras posibilidades para destinarla a la manutención de tantos seres humanos, también hijos de Dios, que padecen el hambre? La comida que se nos pudre en la nevera tal vez sea efecto de las vivencias de las modernas y aceleradas costumbres actuales, pero como cristianos, o simplemente como hermanos de humanidad, no podemos dejar de proporcionarles la alegría de lo justo.
















La parte más enferma de la familia
Gracias por vuestro trabajo, nos dijo el cardenal Osoro, tocáis la parte más enferma de la familia. Y la Iglesia debe acercarse a los enfermos, a los desvalidos, como hizo el buen samaritano. Ahí estábamos, el 15 de enero, en una comida, celebrando a nuestro santo patrón: san Raimundo de Peñafort, jueces, abogados, notarios, procuradores, peritos, administrativos, defensores del vínculo, patronos estables,... del Tribunal Eclesiástico de Madrid. Ahí estábamos los que nos dedicamos, de un modo u otro, a las nulidades matrimoniales. Nos dijo también que esa tarde ofrecería la Misa por nosotros y nuestras familias. Al final, una señora se le acercó y le dijo: «Tengo un problema, es de tal gravedad que solo la Misa puede resolverlo. Gracias por su Misa».

«Nuestra hija fue un don de Dios»
¿Cómo es la fe que hay que tener para despedir a un hijo que se adelanta a los padres en su destino?
Yo nunca creí que se iba a morir. Ella solo nos daba las buenas noticias. El 21 de enero de 2011 su padre cumplía 80 años. Habíamos organizado un festejo. Ella contrató a la tuna y compuso una canción para él, pero no pudo venir. La ingresaron esa tarde. En ese momento supimos que era el final. Lo hemos pasado muy mal por la pérdida de la hija, pero también por los nietos. Eran tres y tan solo tenían 12, 10 y 7 años. La pequeña ha llorado durante muchos años, todas las noches, y cuando a mí me decían que seguía llo¬rando… ¡qué sufrimiento! Pero nos hemos agarrado a su fe.

Unos padres que pueden beber de la fe de sus hijos es toda una misión cumplida…
La fe de nuestra hija ha sido un don de Dios. Nosotros no hemos hecho nada. Dios la ha elegido. Para ella fue muy importante el colegio Mater Salvatoris y su relación con la congregación mariana. Y todo ha venido sin que yo hiciera nada. Hemos educa¬do a nuestros hijos lo mejor que hemos podido, pero este nivel de entrega y de fe le ha venido a ella directamente. No hemos sido nosotros, no he sido yo.

[Mª Ángeles solo se pone solemne para dejar claro su no autoría. A su vez José Luis apunta a su mujer como responsable de todo bien. Y ambos hablan agradeciendo y subrayando el bien de los demás como muletilla cons-tante. Escuchándoles uno se puede hacer idea de dónde sale Sole]. ¿Cómo era?
José Luis: Lo que más ad¬miraba de ella era su profun¬didad teológica y su sonrisa dulce. Su fe siempre me im-presionó. Era una mujer con mucha serenidad. Los cinco años de enfermedad fueron un ejemplo para todos. Yo hacía mucha vida en común con ella en verano. El resto de la familia tenía tardes ajetreadas pero nosotros nos quedábamos hablando largas y profundas conver¬saciones. Tenía planteamien¬tos firmes, pero una enorme flexibilidad para acoger a los demás. Recuerdo una tarde que hablamos de El hombre invisible del padre Brown. Cuando murió, leímos sus diarios y en una agenda, en¬tre sus anotaciones de los quehaceres, había un apun¬te que solo decía «el hombre invisible» de Chesterton. La fecha apuntaba a un día de agosto… Ella era esa mujer invisible que escribía «hacer la compra» al lado de una cita literaria o una súplica a la Virgen. Logró esta cosa tan increíble de ser extraordina¬ria en lo ordinario.

Mª Ángeles: Nuestra hija escribió: «En enero de 2006, cuando yo cada vez buscaba ser más de Cristo, tuve la con-vicción de que iba a tener una enfermedad para bien de mi alma y salvación de otras per¬sonas que me rodeaban». Nos dijo que lo había escrito en un avión. Así era Sole.
Pero en el duelo os ha lle¬gado una noticia que no to¬dos los padres pueden reci¬bir: el reconocimiento de lo que ya sabéis, su santidad.
En el mes de octubre me llamo mi hija María y me dijo: «Mamá, siéntate. Me ha llamado la madre Clara, del colegio Mater Salvatoris, y van a iniciar el proceso». Nosotros no hemos hecho ni dicho nada, han sido los que la conocieron. Para mí, que seguía con tanta pena, que cada día lloraba, a partir de ese momento, la pena se apa¬ciguó porque pensé: ¡Está en manos de Dios! Las cosas van a ser distintas.

¿Y lo han sido?
El 80 % de las cartas que hemos recibido afirman que ella era santa. Todos nuestros amigos la rezan. Pero lo más importante es su fe y la paz que tuvo hasta el final. Dios se la ha llevado porque era la mejor de todos. Pero es tan duro que se muera un hijo antes que los padres… Yo es¬pero que seamos nosotros los siguientes. Y mientras tanto, que ella nos espere allí.

Sole murió en Madrid el 13 de febrero de 2011. Lo último que escribió fue el 8 de febrero: «Aún sigo aquí». Mater Salvatoris, donde fue congregrante mariana, tiene la misma certeza, e invita a quienes quieran testimoniar que Soledad Pérez de Ayala Becerril fue una persona excepcional en su amistad con Cristo y en su amor a los demás a que escriban al correo sole@matersalvatoris.org.
AGENDA DE LA SEMANA
Esta semana rezaremos por la unidad de las familias, por todos los miembros que la forman.
________________________________________ LUNES 27 DE FEBRERO A LAS 20H. CONFERENCIA DE CÁRITAS, SOBRE LA FUNDACIÓN MAIDES: “MARE DE DÉU DELS INNOCENTS I DESAMPARATS”
________________________________________ JUEVES 2 DE MARZO, ORACIÓN POR LA VIDA, DESDE LA CONCEPCIÓN HASTA LA MUERTE NATURAL, REZO DEL ROSARIO Y EUCARISTÍA
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3 DE MARZO A LAS 21.30 AUDITORIUM MATRIMONII:
Conferencia sobre: La Teología del cuerpo ante la ideología de género. Ponente Dº JUAN ANDRÉS TALENS HERNANDIS
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CAPILLA DE LA ADORACIÓN PERPETUA
DOMINGO 5 DE MARZO A LAS 19.30H EN LA IGLESIA DE SAN JOSÉ EUCARISTÍA PRESIDIDA POR D. ESTABAN ESCUDERO Y POSTERIORMENTE PROCESIÓN HASTA LAS CLARISAS ________________________________________
EL MIÉRCOLES 1 DE MARZO INICIAREMOS EL TIEMPO DE CUARESMA
Comenzará el próximo día 1 de marzo con el Miércoles de Ceniza, día de ayuno y abstinencia de comer carne. Además todos los viernes de Cuaresma también son días de abstinencia de comer carne.
El Miércoles de ceniza se impondrá la ceniza en las Eucaristías de 10.30h y 19.30h
Todos los días laborables de Cuaresma a las 6.30h de la mañana se rezará la Oración comunitaria de Laudes.
Los viernes se rezará el Ejercicio del Viacrucis a las 19h.

HOJA Nº 128

PARROQUIA DE CRISTO REY-
Hoja Parroquial nº 128
Semana del 19 al 25 de febrero de 2017


MARIA
Oh María. Virgen Inmaculada
Puro cristal para mi corazón,
Tú eres mi fuerza, oh ancla poderosa,
Tú eres el escudo y la defensa para el corazón débil.
Oh María, Tú eres pura e incomparable,
Virgen y Madre a la vez Tú eres bella como el sol, sin mancha alguna,
Nada se puede comparar con la imagen de tu alma.
Tu belleza encantó el ojo del tres veces Santo,
Y bajó del cielo, abandonando el trono de la sede eterna,
Y tomó el cuerpo y la sangre de Tu Corazón,
Durante nueve meses escondiéndose en el Corazón de la Virgen.
Oh Madre, Virgen, nadie comprenderá, Que el inmenso Dios se hace hombre,
Sólo por amor y por su insondable misericordia,
A través de Ti, oh Madre, viviremos con Él eternamente,
Oh Maria, Virgen Madre y Puerta Celestial,
A través de Ti nos ha llegado la salvación
Todas las gracias brotan para nosotros a través de Tus manos
Y me santificará solamente un fiel seguimiento de Ti.
Oh Maria, Virgen, Azucena más bella,
Tu corazón fue el primer tabernáculo para Jesús en la tierra,
Oh María, dulce Madre mía,
Te entrego el alma, el cuerpo y mi pobre corazón,
Sé (Tú) la custodia de mi vida, Y especialmente en la hora de la muerte,
En el último combate.

LOS NIÑOS NO SON ESCLAVOS

Nos incumbe a todos, creyentes y no creyentes, unir brazos para involucrarnos en luchar contra la lacra de la trata de personas, que ha llegado a ser la actual esclavitud del siglo XXI en tantos países del mundo, no solo en los más pobres del planeta. ¿Cuántas mafias trafican con personas tan vulnerables como mujeres y niños pobres y huérfanos que vagan solos por campos y ciudades, o aprovechándose de refugiados de guerra que huyen en busca de una vida mejor o subyugando a sus víctimas con negocios de explotación, de tráfico de órganos, de pornografía infantil o esclavizando a niños con sueldos miserables, o engañando a mujeres en mafias de trata de blancas, con promesas de una mejora de su situación y amenazándolas con matar a sus familias si los delatan?
Si aquí nos quejamos de que baje unos grados la temperatura y no hablamos de otra cosa, ¿qué haríamos si solo contásemos con una tienda de campaña y poco más?


NO QUIERO CONTAGIARTE

Me dicen: “No me acerco, no quiero contagiarte”. Lástima, pensé. En ese instante estaba triste, le notaba a él contento. No me hubiese importado que sí se acercara y me contagiara su espíritu animoso. Luego comprendí que hablaba de la gripe.
Pensaba después en ello. Me daba cuenta de que tenía muchas personas a mi alrededor griposas, pero no tantas estaban alegres.
¿No sería genial que se contagiase la alegría con la misma rapidez que la gripe? A muchas personas he oído decir lo mismo: “No me acerco, no quiero contagiarte”.
Empiezo un libro sobre el Papa: Darlo todo, darse todo. ¿Tal vez sea esa la clave para contagiar almo más que la gripe? ¿Darlo todo, darse todo, darse a todos?

«MAMÁ, TE QUIERO»

El amor a nuestra madre. He ahí un cimiento de nuestra personalidad. Nadie se escapa de ese test afectivo. Nuestra relación más íntima con nuestra madre configura y decide grandes líneas de nuestra forma de ser. Este tema lleva rondando en mi cabeza desde que me pasó lo siguiente: un hombre de 37 años vino a uno de los retiros espirituales de fin de semana de nuestra parroquia. Lo hacía un poco a regañadientes, porque lo hacía como requisito para poder casarse, tal como pedimos en la preparación del matrimonio. Este hombre había tenido una vida muy dura, había cometido diversos delitos. Comenzó un poco frío y distante pero, poco a poco, se le notaba más emocionado, hasta que llegó el punto de que se confesó, se relajó muchísimo y comenzó a rezar con intensidad. Fue toda una conversión. Se encontró con el Señor y empezó a ir Misa, a hacer oración y confesarse con frecuencia. Cuando me contó su profundo cambio, me impresionó especialmente que al terminar aquel retiro, lo primero que hizo fue llamar a su madre, que está en Bolivia. Había tenido siempre una relación agresiva y violenta con ella. La había odiado y le había dado un sinfín de disgustos. La telefoneó contando lo que había pasado en ese fin de semana. Llevaba mucho tiempo sin llamarla. Simplemente le dijo: «Mamá, te quiero». Nunca en su vida le había dicho «te quiero». Era la primera vez que se lo decía. Me pareció un perfecto propósito de un retiro espiritual. Esto me hizo pensar que la cercanía a Dios sana heridas del pasado. El paso de Dios en nuestra vida arroja luz en nuestro pasado, y en nuestro corazón. Seguramente, este hombre, para seguir en el camino del bien, tenía que reparar tanto dolor como había provocado a su madre. Sentía que no podía casarse hasta que le mostrara amor a su madre. Ahora sabe que es un buen hijo, agradecido a su madre.

Cuando todo está perdido
Desde el otro lado de la reja el padre Ángel García, capellán de la prisión de Sevilla I, comparte con nosotros el testimonio de un interno que hoy se siente el hombre más libre de la cárcel. Trabaja duro en la cocina y en sus ratos libres piensa, reflexiona y escribe:
«Cuando llegas a la cárcel esposado y rodeado de guardias, un gran sentimiento de silencio y soledad invade tu vida. Atrás quedan tu hijo, tus padres y amigos. Y ante este silencio y soledad comienzas a pensar que todo está perdido… Cuando todo está perdido caes a un pozo sin fondo que parece nunca terminar. Cuando todo está perdido la desesperación inunda tu corazón. Cuando ni tus seres queridos se acuerdan de ti, el mundo olvida que aquí hay personas que un día se equivocaron, pero que aman y luchan por cambiar. Desde la soledad de mi chabolo descubro que la cárcel no es buena porque me va robando la vida poco a poco. Y en el silencio de la noche me doy cuenta de que Alguien me dice que, a pesar de todo, aún hay vida y esperanza.
Entonces y solo entonces, Señor, cuando todo está perdido, me acuerdo de tu nombre y con mucha confianza sale de lo profundo de mi corazón una súplica confiada: ¡Ayúdame, Señor, Dios mío! Y es entonces y solo entonces, cuando ya nadie me cree por mis mentiras y la vida se me escapa de mis manos, cuando te pido: ¡Señor, misericordia!
Ahora, en este punto oscuro y gris de mi vida, entro en mi interior y me doy cuenta de que todos me han abandonado a causa de mis errores. Sin embargo tú, Dios, haga lo que haga y lo que haya hecho, nunca me abandonaste. Ahora, cuando ya todo estaba perdido descubro, Señor, que haga lo que haga y lo que haya hecho, tú nunca me avasallaste… Aunque no te vea, Tú estás y has estado en mi vida de caídas. He sido yo el que me aparté de tu camino.
Señor, cuando todo está perdido, solo tú permaneces siempre a mi lado y nunca me abandonas. Gracias Jesús por tu amor inconmensurable. Ahora no me siento solo. Sé que tu amor lo tengo para siempre. Te ruego Señor que me enseñes a quererte».

«DIOS NO LO NECESITA,
PERO SE MERECE QUE LE ADOREMOS»
Pedro Luis Andaluz Andrés, capellán de un convento de clausura en Ágreda (Soria)
Ágreda tiene 3.000 habitantes, pertenece a la diócesis de Osma-Soria, y está en un cruce de caminos entre Zaragoza, Navarra, Soria y La Rioja. Su nombre está asociado al convento de concepcionistas franciscanas que fundó la madre María de Jesús de Ágreda, una monja del siglo XVII que alcanzó enorme fama de santidad, y cuya causa se ha vuelto a abrir recientemente. La madre Ágreda tenía, según cuentan, el don de la bilocación. Un don que «me vendría muy bien, sobre todo los domingos», dice Pedro, que tiene 27 años y se estrenó como cura hace uno y medio directamente como párroco del pueblo y capellán del convento. Asegura que «en la Iglesia todos necesitamos convertirnos. También las monjas de clausura»
Predicar a unas monjas de clausura es como jugar al fútbol en tu estadio. ¿De verdad les hace falta que le hablen de Dios?
¡Todos necesitamos la conversión! Continuamente, día a día. Tú imagina una vida en comunidad, 24 horas juntas. Lógicamente, siempre pueden salir cosillas. Por eso necesitan convertirse a Dios para amar más a las hermanas, para vivir su apostolado como vida contemplativa de oración continua, para buscar lo que Dios les va pidiendo cada día, para sostenernos con su oración…
En una diócesis tan escasa de sacerdotes, ¿no es un desperdicio qué un cura tan joven esté dedicándole horas a unas monjas de clausura?
Los contemplativos son muy necesarios, son el pulmón de la Iglesia. Los que estamos dando guerra en otros apostolados necesitamos que nos sostengan. Ellas han entregado su vida por la Iglesia de forma continua, y por eso son tan necesarias para sostenernos. Nos van abriendo camino con la oración. De verdad que son misioneras: se entregan a Dios por toda la humanidad y se preocupan por nosotros. Son un carisma muy necesario, sobre todo en este momento en el que está la Iglesia.
¿Por qué más en este momento?
Porque son un testimonio impresionante de que Dios se sigue preocupando por nosotros, y sigue llamándonos a seguirle. Una mujer que decide entregar su vida por completo al Señor, para estar con Él día y noche, da un enorme testimonio de la gracia de Dios.
¿Qué le enseñan nueve monjas mayores a un cura joven?
La radicalidad con la que viven. Es una comunidad mayor, pero tienen una ilusión y un entusiasmo enormes para vivir su vocación. Verlas me lleva a plantearme la ilusión, la generosidad y la fidelidad a la vocación que he recibido. Y eso vale para cualquiera.
¿Qué quieres decir con lo de vivir con radicalidad?
Que no podemos ser cristianos a medias ni ser solo cristianos de nombre. Se tiene que manifestar en nuestras obras, en nuestro día a día; con naturalidad, pero también con fidelidad radical.
Unas religiosas con tanta trayectoria espiritual, ¿aceptan bien los consejos de un capellán jovencito, o piensan que te pueden dar sopas con hondas?
[Risas] ¡Si lo piensan, no me lo dicen! Son una comunidad extraordinaria, de gran humildad y sabiduría, que entregan su vida al Señor con alegría y sencillez, adorando a Dios y dándose por toda la humanidad. Además de celebrar la Misa cada día y pasar bastante rato en el confesionario, tengo una atención más personal por si necesitan algo: acompañarlas al médico, ir con ellas si tienen que hacer alguna salida, visitarlas si están en el hospital… En el seminario quería que me mandaran a cualquier destino, menos ser capellán de monjas. Hoy doy gracias a Dios porque tener a estas mujeres en mi vida es una gracia.
¿Dios necesita que le adoremos?
Dios no necesita nada, porque Él ya es Dios. Somos nosotros los que necesitamos adorarle a Él. A nosotros nos ayuda ponernos en su presencia, darle honor y gloria, no porque le hagamos más grande, sino porque Él nos engrandece al entregarnos su espíritu. Dios no lo necesita, pero se merece que le adoremos.
AGENDA DE LA SEMANA
ESTA SEMANA REZAMOS POR LOS SACERDOTES QUE HAN EJERCIDO EL MINISTERIO EN LA PARROQUIA, VIVOS Y DIFUNTOS, LOS HIJOS DE LA PARROQUIA, LOS SEMINARISTAS Y LAS VOCACIONES A LA VIDA SACERDOTAL________________________________________
El viernes 24 de febrero se celebrará a las 21.30h. en la Parroquia se celebrará una Hora Santa ante el Santísimo.
ADORACIÓN EUCARISTICA PERPETUA GANDIA
El sábado 25 de febrero en la Capilla de Santa Clara, se celebrará un encuentro de adoradores.
A las 11.30 comenzará con un momento de oración, seguidamente una conferencia sobre Jesucristo Eucaristía, a cargo de D. Priscilio Ruiz. Acabando con una comida todos juntos en la que cada uno debe llevar su comida y si puede algo para compartir.
Es para todos: adoradores, familiares y amigos.
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HOJA PARROQUIAL Nº 127

Hoja Parroquial nº 127
Semana del 12 al 19de febrero de 2017

800 MILONES DE LÁZAROS

Somos cómplices y víctimas de un sistema desalmado que genera graves injusticias, desigualdades y mucha alineación personal.

La parábola del hombre rico y el pobre Lázaro centra el mensaje del Papa para la Cuaresma de este año. El primero –dice Francisco- representa “la opulencia”, el “lujo exagerado”, pero también a la persona incapaz de ver las necesidades del otro. ¿Un rico desalmado? Nos convendría no juzgar muy severamente. El domingo se celebra la Jornada de Manos Unidas, que recuerda que 800 millones de personas pasan hambre en el muno, mientras en España un tercio de los alimentos termina en el cubo de la basura. La analogía es demasiado hiriente.
Sabemos –nos lo recuerda, si no , Manos Unidas- que el planeta puede abastecer a toda la humanidad. Que el problema está en los sistemas de producción y comercialización de los alimentos, convertidos en un producto con el que los mercados especulan a costa de la vida de muchos. Entramos así en una dimensión global que a un ciudadano español de a pie tal vez le venga muy grande. Pero Manos Unidas nos dice también que cada uno de nosotros es parte de ese engranaje; cómplices, por tanto, aunque también víctimas de un sistema desalmado (una “economía que mata”, dice el Papa) que genera graves injusticias y desigualdades, y dosis nada desdeñables de alienación personal.
La Cuaresma –escribe Francisco- es “una fuerte llamada a la conversión”, a volver los ojos a Dios a abrir “nuestro corazón al otro”. Esa conversión tiene una dimensión social. Adoptar estilos de vida más sobrios se ha convertido en una de las primeras formas de solidaridad, porque la voracidad en el norte alimenta terribles formas de explotación en el sur. Pero el Papa ha aludido también a la necesidad de compromiso político. Al dirigirse el sábado a representantes de empresas focolares de Economía de Comunión, les advirtió de que “un empresario que es solamente un buen samaritano cumple solo la mitad de su deber: cura a las víctimas de hoy, pero no reduce las de mañana”. Es necesario además implicarse para cambiar unas reglas del juego injustas, aunque ahora podamos pensar que el reto nos viene muy grande.

La cruz de Francisco
Decía el cardenal Rouco en 2010 en una entrevista a este semanario que «la cruz del martirio» ha acompañado de una u otra forma, sin excepción, a todos los últimos Papas. A Francisco le está tocando sufrir por algunas incomprensiones, minoritarias pero dolorosas, que proceden de dentro de la Iglesia. El Pontífice ha optado por no responder a las críticas. ¿Por qué? «Él quiere que las cosas caigan por su propio peso», ha explicado en Madrid el sacerdote porteño Carlos María Galli, uno de los teólogos más cercanos a Bergoglio, que acaba de editar, junto al director de La Civiltà Catolica, Antonio Spadaro, La reforma y las reformas en la Iglesia (Sal Terrae).
La renovación que impulsa el Pontífice –añadía Galli– no se limita a cambios en algunos dicasterios vaticanos, sino que pretende provocar «un cambio de actitudes en todo el Pueblo de Dios» para configurar una Iglesia de rostro samaritano. El ordeno y mando no solo no responde al estilo de Francisco, sino que contradice los fines que el Papa se ha propuesto –los del Vaticano II–, que exigen convencer y no solo vencer. Esos fines incluyen un nuevo tipo de relación entre pastores y fieles ajeno al clericalismo. El famoso discernimiento…
La clave está en la expresión Iglesia en salida. Hay todo un mundo más allá de las curias diocesanas, de las sacristías, de la blogosfera católica, más allá –también– de Europa, a la que le ha llegado la hora de ir cediendo protagonismo a las Iglesias del sur. «Los europeos no pueden seguir confundiendo sus problemas con los del resto del mundo», advertía Galli en alguna de sus intervenciones en Madrid.
La misión, añadía el teólogo, consiste en «salir a buscar al otro como es, no como nos gustaría que fuera», para llevarle el Evangelio, no sucedáneos ideológicos. Y tan contaminado de ideología está «quien ahora defiende al Papa porque el Papa dice lo que él piensa», como quien pone en sordina su mensaje social. «La paradoja es que, en nombre de la ortodoxia, algunos secularizan una parte importante de su magisterio, que es puro Evangelio, pero ellos lo reducen a política para así restarle importancia», lamentaba Galli.
Al hilo de estas reflexiones, ojo, por cierto, a la variable Donald Trump, porque empiezan a emerger connivencias y apoyos desde su entorno a grupos católicos críticos con el Pontífice, aprovechando, por ejemplo, la reciente crisis que ha atravesado la Orden de Malta. ¿Un aviso de los peligros que vienen? La respuesta –volvamos al teólogo porteño– es el Evangelio, todo el Evangelio y nada más que el Evangelio.
«La soledad es la mayor enfermedad»

Clara acabó Medicina el año pasado, y lleva dos años de voluntaria del servicio religioso en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid. En este tiempo, ha descubierto que «durante la carrera te enseñan sobre todo la parte teórica y física de la enfermedad, pero nadie te muestra la parte humana. Yo lo que hago es acercarme a los enfermos y ponerme a su servicio». Luego, «son ellos mismos los que van dirigiendo la conversación».
No es fácil, porque para hacer esto hace falta sobre todo una cosa: escuchar. «Para mí, la soledad es la enfermedad de mayor prevalencia en el hospital». Muchos pacientes «solo quieren que les escuches cómo cuentan su vida. Solo quieren saber que hay alguien que se preocupa por ellos». Algunos ancianos, «cuando te despides, te dicen: “¿Me podrías dar un besito?”». También recuerda a ese joven con cáncer que quiso que rezaran un rato juntos, «una experiencia preciosa».
«La verdad es que aprendes mucho de ellos», dice, aunque reconoce que «nunca vas a tener todas las respuestas». No por ello es menos importante formarse. Ella acaba de entrar en la Escuela Diocesana de Pastoral de la Salud de Madrid, que comenzó su actividad hacer varios meses como uno de los frutos del Año de la Misericordia.
En tres sedes distintas, y durante dos cursos, unas 130 personas están aprendiendo las herramientas básicas para el acompañamiento de enfermos tanto en el domicilio como en residencias y hospitales, desde un punto de vista humano (las claves de la dependencia, gestionar el sufrimiento, el apoyo a las familias, los cuidados paliativos, el duelo…) y espiritual (Jesús como modelo de acompañamiento, la atención espiritual y religiosa, la enfermedad en la Biblia…).
Como explica el delegado de Pastoral de la Salud, José Luis Méndez, «visitar a los enfermos –y cuidar a los cuidadores, que es también una labor muy importante–, exige un mínimo de formación». En el horizonte de la delegación también está el desarrollo, aún incipiente, de un programa de formación de voluntarios para la atención a enfermos en situación terminal.

Los niños que meriendan cacas de gusanos

Lola, o Muembe, o Banene, con los niños a los que ayuda la misión en Zimbabue. Foto: Archivo personal de Lola Pérez Carrasquilla
Lleva 34 años en Zimbabue, pero conserva su acento cordobé como si fuera ayer cuando corría por las calles de la barriada El Naranjo. Lola Pérez Carrasquilla ya no es Lola, es Muembe, que significa pájaro en la lengua de la tribu tonga, con la que comparte risas y angustias. «Me pusieron ese nombre porque cuando llegué me movía rápido en mi bicicleta, era la reina del mundo. Igual estaba en el hospital que visitando a la gente en sus poblados». Tiene otro apelativo, Banene, abuela. Así la llaman sus 18 nietos, a los que cuida en el Hogar del Amanecer. Si le preguntas por Rafael, el último huérfano que llegó, se le ilumina la cara: «¡Mi bombón, mi chocolate, me lo como!», exclama. «Llegó desnutrido y ha engordado cuatro kilos en tres meses». Ella, enfermera, matrona y la única española entre un centenar de misioneras zimbabuenses, habla a los pequeños en español, y les canta hasta los cinco lobitos. «El otro día una chiquilla de tres años vino y me dijo, en perfecto español: “Banene, guapa, te quiero mucho”». Lo dice, y se la nota: «Soy muy feliz»
Está de gira por España para contribuir con su testimonio a la campaña de Manos Unidas de este año, que alerta sobre las toneladas de alimentos que se desperdician en el Primer Mundo.
Lola, ¿qué piensas cuando lees que en Europa tiramos a la basura 89 millones de toneladas de comida al año?
Lloro de impotencia al ver a mis niños muertos de hambre mientras nosotros, a este lado del mundo, desperdiciamos toneladas de comida. En Zimbabue llevamos dos años de sequía, y hay gente que come una vez al día o ni siquiera come, niños que van a la escuela sin ningún alimento. Nos llevan a diario niños al hospital que se desmayan en el colegio por falta de nutrición, así que tenemos un cubo de agua con azúcar y eso es lo que les damos. Los pobrecitos se animan cuando lo beben.
El 33 % del despilfarro de alimentos se origina en los hogares. ¿Qué dirías a esa persona que hoy, al abrir su nevera, va a tirar un par de piezas de fruta pochas o el táper de los restos de ayer que huelen regular?
Por favor, hay gente que se está muriendo de hambre. Imaginaos que sois vosotros… Aquí se tira tanto y allí no da para comer. Un poco de harina de maíz hervida y hierbas hervidas que cogen del campo, esa es la dieta… cuando hay harina. Un día iba paseando con una de mis monjas y vimos dos chiquillos gatear hacia los árboles. «¿Qué hacéis?», les preguntamos. «Estamos comiendo las hojas». Cuando les pedí que me dejaran probar lo que estaban comiendo vi que andaban chupando las cagadas de gusano, que estaban dulces. En qué mundo de locos estamos.
El hambre no solo es la peor enfermedad, que además se puede erradicar, sino que, supongo, afecta al desarrollo de los niños, el futuro de Zimbabue.
Así es. El hambre afecta a su desarrollo, a la inteligencia y al rendimiento escolar en todos los campos. Nosotras tenemos muchos niños que tienen 10 años y están en 2º de Primaria. La niña más mayor de nuestro hogar tiene 17 años y está en 2º de Secundaria. Ahora estamos esperanzados, porque desde hace unos meses hay un nuevo programa gubernamental en el que dan a los niños en los colegios una papilla que tiene muchas vitaminas.
¿Y qué hay del virus del VIH, el asesino silencioso en el país?
Hay gente que nos dice que no sabe qué es mejor, si morir de hambre o de sida. Recuerdo aún a un hombre que murió por el virus en el hospital y tenía dos mujeres, a las que hicimos las pruebas. Una dio negativo, y lloraba desconsolada. Prefería estar enferma para que en el hospital se la diera de comer. Ahora hay menos muertes, por el conocimiento de la enfermedad y por la medicación gratuita que da el Gobierno, pero en nuestra tribu, los tonga, son polígamos y es muy difícil controlarlo. La evangelización es un trabajo grande y lento, solo hay un 10 % de católicos. El resto son animistas.
Gracias a Manos Unidas las misioneras Hijas del Calvario tienen el mejor hospital del país.
Incluso cuando vienen presidentes de otros países van a visitar el hospital, que está al lado de las cataratas Victoria. Zimbabue es un país precioso, pero con unas diferencias sociales grandísimas.
AGENDA DE LA SEMANA
Las intenciones de esta semana son por los que no creen, por los que se han aparatado de Dios y por los que están en tribulación y son probados
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Esta semana también rezaremos por el seminarista de la Parroquia Lucas Blanes Benimeli, que el sábado 18 a las 11h, recibirá el rito de Iniciación en el seminario de Moncada.
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EL ARBOL DE LOS PROBLEMAS

Un carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acaba de finalizar un duro primer día de trabajo. Las cosas no le salieron muy bien, su cortadora eléctrica se dañó y lo hizo perder una hora de trabajo y su antiguo camión se negaba a arrancar.
Ofrecí llevarlo a su casa y mientras íbamos en camino permaneció en silencio. Una vez que llegamos me invitó a conocer a su familia.
Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando en las puntas de las ramas con ambas manos.
Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación: Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dió un beso a su esposa.
Posteriormente, me acompañó hasta el auto.
Cuando pasamos cerca del árbol sentí curiosidad y le pregunté,
acerca de lo que le había visto hacer un rato antes.
El me contestó: Ese es mi árbol de problemas.
Sé que no puedo evitar tener problemas, pero no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos.
Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez. -Lo divertido es, dijo sonriendo, que cuando salgo en la mañana a recogerlos, ni remotamente hay tantos como recuerdo haber dejado la noche anterior…

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