Entrada destacada

CONFERENCIA 30 OCTUBRE

sábado, 7 de octubre de 2017

AGENDA DE LA SEMANA Y AVISOS

Esta semana rezaremos por la unidad de las familias, por todos los miembros que la forman.
________________________________________
.¡ No critiques! Procura, más bien, la colaboración con todos, sin hacer críticas.
La crítica hiere y a nadie le gusta que lo hieran. La persona que tiene por costumbre criticar se verá, muy pronto, marginada. Si ves que algo anda mal, habla con amor y cariño y presta ayuda. Pero, sobre todo las cosas, que se tu ejemplo el que corrija.
________________________________________
Rezar el santo Rosario
no sólo es hacer memoria
del gozo, el dolor, la gloria,
de Nazaret al Calvario.
Es el fiel itinerario
de una realidad vivida,
y quedará entretejida,
siguiendo al Cristo gozoso,
crucificado y glorioso,
en el Rosario, la vida.

Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
Amén
AVISOS;
- El próximo miércoles 11 de Octubre, empezamos el grupo de formación, a las 20.30h, en el segundo piso.
- El viernes 20 de Octubre empieza el Grupo Encuentro a las 20.30h. (Grupo postconfirmación.
- El curso de Litúrgia del Instituto de Diocesano de Ciencias Religiosas, comienza el jueves 19 de Octubre, a las 20h. Se realiza en la Parroquia San Francisco de Borja. La matrícula ya está abierta.
- La Junta de Cofradías organiza un curso de formación:
Orar, despertar, celebrar.
Será los días 30 de Octubre, 6,13, 20 y 27 de Noviembre en el Local del Museo. El precio de la matrícula son 10€. Aprovechad.

HOJA PARROQUIAL Nº 147

Hoja Parroquial nº 147
Semana del 8 al 14 de octubre 2017

UNA SONRISA PUEDE HACER MUCHO BIEN
La sonrisa es uno de los mejores medios de que dispone la naturaleza para hacer felices a los demás. Entre los rasgos más atractivos del carácter de alguien está esa sonrisa cálida y sincera que nace de dentro. Las obras dicen más que las palabras, y lo que dice la sonrisa es: “Me gustas. Me haces feliz. Me alegro de verte”: si no tienes ganas de sonreír, aun así sonríe: oblígate a sonreír.
Una sonrisa cuesta poco y hace mucho. Enriquece a quienes la reciben y a ti no te hace más pobre. Aporta felicidad al hogar y fomenta la benevolencia entre los hombres. Es descanso para el fatigado, luz para el abatido, un rayo de sol para el triste y el mejor remedio de la naturaleza contra las preocupaciones.
La sonrisa no vale para nada a menos que alguien la ofrezca. Ninguno de nosotros es tan rico como para poder pasarse sin ella y ninguna es realmente pobre mientras sea capaz de sonreír. Nadie la necesita tanto como el que no tiene sonrisa que mostrar. Acostúmbrate a ofrecer sonrisas reconfortantes e iluminarás este mundo a veces tan lúgubre. Ese rayo de luz es el del amor de Dios si sonríes porque amas al prójimo y le haces feliz por amor a Dios.
Participa en el apostolado de la sonrisa. Tu sonrisa está al servicio de Dios: es un instrumento para ganar almas. La gracia santificante que habita en tu alma le añadirá dulzura y le permitirá hacer mucho bien.
Sonríe por dentro hasta que notes que tu seriedad, e incluso tu severidad, han desaparecido; hasta que hayas caldeado tu propio corazón fomentando en él una actitud alegre. Luego sal y sonríe.
Sonriendo puedes infundir nueva vida, esperanza y coraje en los corazones de los que desfallecen, de los agobiados, los desanimados, los tentados y los desesperados; puedes prepara el camino de regreso a Dios de un pecador: tu sonrisa tiene el poder de transmitir felicidad, alegría, satisfacción, valor y confianza a los corazones de los demás.
Deja que todos disfrutemos de la belleza y de la alegría de tu rostro sonriente. Y, sobre todo, sonríe a Dios en la amorosa aceptación de todo lo que permite que pase en tu vida, y merecerás que el rostro radiante y sonriente de Cristo te mire en un amor singular durante toda la eternidad.

DESDE UN CENTRO DE MENORES

Mi nombre es Jonathan y tengo 18 años. Errores cometidos en mi vida me llevaron a estar en un centro de menores infractores. Nací en una familia desestructurada por completo. Mi madre ya había dejado la prostitución pero era toxicómana, y luego mi padre se dejó llevar por ella y entró en el mundo de la heroína, aunque lo dejó al poco tiempo. Como era de esperar, la Administración retiró a mis padres la custodia, pero años después, gracias a mi abuela y a Dios, conseguí volver con mi familia.
En 2006 conocí a una profesora que, en su evangelización, me invitó a participar en los juegos y actividades infantiles de una parroquia de mi ciudad natal. Allí me bauticé, pues no lo hice cuando nací, hice la Comunión y la Confirmación, pero poco después empecé a distanciarme de la parroquia: paso de ir todos los viernes al grupo de perseverancia y leer las lecturas en la Eucaristía de sábado y domingo, a no acercarme al Señor para nada...
Y comencé a delinquir... hasta que he acabado donde yo estoy.
Hoy me arrepiento de haberme alejado de Dios, tanto como de haberle fallado a mi abuela, la mano de Dios en mi vida. Pero quiero empezar mi nueva vida. Actualmente me quedan ocho meses aquí y estoy estudiando Auxiliar de Enfermería. Os pido que me ayudéis con vuestras oraciones, y que pidáis por todos los menores, para que sepan encontrar a Cristo y puedan conocer el Camino, la Verdad y la Vida.






También es noticia
Hay noticias estremecedoras que merecen no quedar sepultadas: Cada año se practican 55,7 millones de abortos en el mundo. 100.000 de ellos se han realizado en España en el año 2016. Son necesarias acciones por parte de los gobernantes, ayudas concretas a las mujeres embarazadas, como las de las asociaciones provida, y no utilizar la Sanidad Pública para financiar abortos. Debemos actuar y rezar.
LA HUIDA DE CENTROAMÉRICA:
O PAGAS O MUERES

Las maras en Honduras, Salvador y Guatemala imponen su ley. Todas las actividades comerciales están obligadas a pagar un tributo y las familias tienen que ver cómo sus hijos son reclutados por la fuerza. Fabio, que lleva tres años colaborando en Hermanos en el camino a cambio de cama y comida, era dueño de un puesto de tortillas en el mercado de San Salvador. Un día se le presentaron dos hombres de la Mara Salvatrucha y le exigieron el pago de una cuota porque, decían, aquel territorio era suyo. «Empecé a pagar, pero cada vez querían más… me amenazaron con matarme y me escapé».
Raúl pasa unos días también en Ixtepec. Su mujer trabajaba en El Salvador para una familia acomodada, y las maras estaban convencidas de que era rica. Les pedían cuotas cada vez más elevadas y, cuando se quejó, amenazaron con llevarse a su hija mayor, de 12 años. «Primero se fueron las chicas, que tienen asilo en Boston. Yo me quedé trabajando porque no alcanzaba el dinero». Raúl cruzó la frontera por el vertedero de Oaxaca. Los criminales saben que es un lugar de paso. Le atacaron con machetes y le quitaron hasta los pantalones.
En 2016 la Policía fronteriza detuvo a 400.000 irregulares, un 20 % más que en 2015 y las solicitudes de asilo aumentaron un 1.000 % respecto a 2011. Cada día salen una media de 500 personas solo de El Salvador, una tragedia que la Administración Obama intentó atajar instituyendo oficinas de asilo en los países de origen. «Con Trump corren el riesgo de ser abandonados a su suerte. Pero aunque suene a paradoja, el nuevo presidente puede ser una oportunidad para los migrantes, porque su descarado racismo está obligando a la opinión pública internacional, apática y sumisa, a tomar partido», recalca el padre Solalinde

Cristina y Patricia, argentinas en Roma
«No podía pasar por esta vida sin ver a Francisco»

Dicen que todos los caminos conducen a Roma pero, por muy trillada que esté, la frase no deja de tener su razón. En esta ocasión lo hemos comprobado de primera mano gracias a dos amigas que, después de varios años, se han encontrado de nuevo aquí. La plaza de San Pedro –la plaza de mi barrio–, es la plaza del mundo. La columnata proyectada por Bernini en el siglo XVII es el abrazo que recibe toda la humanidad que se acerca hasta esta Ciudad Eterna donde, precisamente, se manifiestan también sentimientos eternos como el amor o la amistad. Y por seguir con las frases hechas, en el caso de Patricia Juárez y Cristina Strong –dos argentinas como el Papa y que, como él, no viven en su patria–, la distancia no ha significado para nada el olvido
Para celebrar el segundo 25 cumpleaños de una de ellas eligieron reunirse en Roma, Caput Mundi.
Chicas, ¿qué hacéis por la plaza de San Pedro?
Cristina: Pues de momento un selfi, porque hay que inmortalizar este momento.
Patricia: Somos de Argentina, como el Papa Francisco.
Y supongo que acabáis de estar presentes en el rezo del ángelus, ¿no?
Cristina: Sí, sí. No podía pasar por esta vida sin ver a Francisco porque es un Papa argentino. El ángelus fue hermoso, pero, sobre todo, lo que más me gustó fue la forma en la que el Papa se integra con los peregrinos, cómo es de cariñoso y cómo conecta con nosotros. Las palabras que dice nos ayudan a ser mejor personas.
Y él, ¿es el mejor Papa?
Patricia: Yo me siento orgullosa de tener un Papa argentino, sobre todo porque este Papa refleja la sencillez de la gente en Latinoamérica. Eso es lo que transmite. Lo que se ve de él es cómo somos los latinoamericanos. Me gusta porque es como un Papa del pueblo. Él sigue viviendo aquí como vivía en Buenos Aires, en medio de la gente. Tiene la capacidad de poder hablar y estar con todos, con los ricos y con los pobres. Es el mismo que era en Argentina.
Bueno, pero volvamos a lo que nos ocupa. ¿Así que os habéis recorrido medio mundo para ver al Papa?
Cristina: Sí y no. Fue un viaje planeado por una ocasión especial, el cumpleaños de mi amiga Patricia. Yo vivo en Estados Unidos y viajé para visitarla en Europa, porque ella vive en Bélgica, y quería festejarla. Además, queríamos venir al Vaticano, por supuesto, para ver al Papa, aunque sea de lejos. Lo conseguimos y ha sido hermoso.
Patricia vive en Bélgica y tú en Estados Unidos y os habéis reunido en San Pedro. ¿Cómo hacéis para mantener una amistad así a través del tiempo y la distancia?
Patricia: Éramos compañeras de cuarto en la residencia de monjas durante nuestros años de universidad. Yo estudiaba Farmacia, terminé, conocí a mi marido y me vine a Bélgica. Cristina, que estudiaba Derecho, se fue después a Estados Unidos.
Cristina: Seguimos unidas, aunque cada una esté en una parte del mundo, porque esas son las verdaderas amistades. No hace falta estar todos los días juntas sino estar una vez y sentir lo que realmente te unirá para siempre. Además, ahora, con las nuevas tecnologías te puedes comunicar a cada rato.
Patricia: Yo siento que es como que es una amistad que ya llevas en el corazón, casi desde el primer día que te conoces. Y desde que nosotras nos conocemos, ¡ya han pasado unos cuantos años! Fíjate que yo acabo de celebrar mi segundo 25 cumpleaños.


Hogares luminosos y alegres

No se puede hablar del matrimonio sin pensar a la vez en la familia, que es el fruto y la continuación de lo que con el matrimonio se inicia. Una familia se compone no sólo del marido y de la mujer, sino también de los hijos y, en uno u otro grado, de los abuelos, de los otros parientes y de las empleadas del hogar. A todos ellos ha de llegar el calor entrañable, del que depende el ambiente familiar.
Ciertamente hay matrimonios a los que el Señor no concede hijos: es señal entonces de que les pide que se sigan queriendo con igual cariño, y que dediquen sus energías -si pueden- a servicios y tareas en beneficio de otras almas. Pero lo normal es que un matrimonio tenga descendencia. Para estos esposos, la primera preocupación han de ser sus propios hijos. La paternidad y la maternidad no terminan con el nacimiento: esa participación en el poder de Dios, que es la facultad de engendrar, ha de prolongarse en la cooperación con el Espíritu Santo para que culmine formando auténticos hombres cristianos y auténticas mujeres cristianas.
Los padres son los principales educadores de sus hijos, tanto en lo humano como en lo sobrenatural, y han de sentir la responsabilidad de esa misión, que exige de ellos comprensión, prudencia, saber enseñar y, sobre todo, saber querer; y poner empeño en dar buen ejemplo. No es camino acertado, para la educación, la imposición autoritaria y violenta.
Es necesario que los padres encuentren tiempo para estar con sus hijos y hablar con ellos. Los hijos son lo más importante: más importante que los negocios, que el trabajo, que el descanso. En esas conversaciones conviene escucharles con atención, esforzarse por comprenderlos, saber reconocer la parte de verdad -o la verdad entera- que pueda haber en algunas de sus rebeldías. Y, al mismo tiempo, ayudarles a encauzar rectamente sus afanes e ilusiones, enseñarles a considerar las cosas y a razonar; no imponerles una conducta, sino mostrarles los motivos, sobrenaturales y humanos, que la aconsejan. En una palabra, respetar su libertad, ya que no hay verdadera educación sin responsabilidad personal, ni responsabilidad sin libertad.

San Jose María Escrivá de Balaguer

Datos personales

Vistas de página en el último mes