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CONFERENCIA 30 OCTUBRE

sábado, 4 de febrero de 2017

agenda de la semana

AGENDA DE LA SEMANA
Esta semana rezaremos por las religiosas de la parroquia y por las vocaciones a la vida consagrada.

EL PROXIMO DOMINGO LA COLECTA SERÁ DESTINADA PARA LA CAMPAÑA CONTRA EL HAMBRE.

La intención de oración universal del papa Francisco para este mes de febrero es:
Acoger a los necesitados.
Por aquellos que están agobiados, especialmente los pobres, los refugiados y los marginados, para que encuentren acogida y apoyo en nuestras comunidades.

¡Levanta la lámpara, que no se ve bien…!
y mira,
que tantos anhelan descubrir la Belleza.
Tú tienes la llave que abre esa puerta.
Alza un candil, que al disiparse las sombras
habitadas por fantasmas,
volverá el baile a llenar cada rincón,
y se escuchará la risa que aún atesoramos.
Sazona el plato de cada día con especias
que no han de guardarse para uno mismo:
humor, bendición y tiempo.
Siempre serás rico para ser generoso

hoja parroquial nº 126

Hoja Parroquial nº 126
Semana del 5 al 11de febrero de 2017


EL MUNDO NO NCECESITA MÁS COMIDA. NECESITA MÁS GENTE COMPROMETIDA

El fin último de Manos Unidas es logra un mundo donde todas las personas podamos vivir dignamente. Un mundo en el que nadie pase hambre, donde el derecho a la alimentación esté realmente garantizado, y la creación no sufra un modelo de desarrollo depredador que lo contamina y destruye. Queremos escuchar y hacernos eco del grito de la tierra y del grito de los pobres, que es un solo grito y que clama justicia.

Este año, además de seguir plantando semillas que hagan crecer una vida más justa y fraterna, manifestamos nuestro compromiso por un model global de producción y consumo sostenible.
Unidos a las comunidades empobrecidas a las que acompañamos en su desarrollo, queremos promover una producción agropecuaria y piscícola respetuosa con el medioambiente y que garantice el consumo local. Impulsaremos una cosecha de productos agrícolas para alimentar a las personas, al margen de la especulación, pero abierta al comercio justo. Y apoyaremos un aprovechamiento de la producción donde se minimicen las pérdidas y el desperdicio de alimentos.
Acorde a las palabras del Papa Francisco, “sabemos que es insostenible el comportamiento de aquellos que consumen y destruyen más y más, mientras otros no pueden vivir de acuerdo con su dignidad humana “ (LS 193) . Por eso, invitamos a todos al compromiso por un mundo libre de hambre, respetuoso con el entorno y donde se cuide la vida.


Luces en la oscuridad

Hoy, fiesta de la Presentación del Señor, es un gran día para la Iglesia, y aunque aún muchos no lo sepan, un gran día para la humanidad entera. Hoy es el día de la vida consagrada. Los religiosos, las religiosas, los consagrados y las consagradas, que conforman un jardín inmenso de indecibles carismas, de historias alucinantes, de fundadores extraordinarios, son como esas luces de emergencia que nunca se apagan ni siquiera en los hospitales más pobres, o como esas antorchas que iluminan a los que trabajan en la profundidad insalubre de las minas, o como las luciérnagas en el campo para quienes duermen a la intemperie, esas lámparas naturales que convierten en luz el cien por cien de su energía.
La vida consagrada es luz porque la consagración hace que la vida sea más vida. Cuando un joven o una joven se entregan en pobreza, castidad y obediencia, es decir, en libertad suprema (libres de apegos materiales y humanos, y libres de sí mismos), su vida se pone en disposición de recorrer una aventura imprevisible, porque se expone a una entrega a Dios que Dios se toma muy en serio y, liberándola del mundo, la devuelve al mundo para sanarlo, iluminarlo y regenerarlo.
No es que los religiosos y las religiosas, los consagrados y las consagradas, sean como los superhéroes de ficción, con poderes extraordinarios. Al contrario, son débiles como los que más, y su misma vocación los conduce a los límites de su propia fragilidad humana. Pero en esa misma fragilidad resplandece una fortaleza que no siempre el mundo percibe, y que cuando la percibe, no la entiende. Porque esa fortaleza viene de muy adentro, de la presencia de Dios en su vida interior, y de la presencia de Dios en su vida comunitaria.
Hoy, precisamente hoy, en esta encrucijada de posmodernidad y globalización, la vida consagrada aparece como luz, discreta, pero siempre apreciable, que ilumina de fidelidad la resignación a lo efímero, de generosidad el refugio del individualismo, de la alegría inseparable de la paciencia y de la esperanza las tinieblas de la soledad y de la tristeza.


Y tú… ¿por qué tienes siempre esa cara de felicidad?


Antonio y Mercedes están casados desde hace 38 años. Hay circunstancias que nos permiten entender mejor qué significa eso de ser una sola carne. A ambos les ha tocado mirar la vida desde una silla de ruedas desde hace 19 años. Mercedes en ella, Antonio a su lado.
A veces los que sostienen el mundo no tienen un discurso de la teodicea, tampoco de la suya particular. Simplemente están, y su estar es todo lo que el mundo necesita. Mercedes se encoge de hombros cuando se le pregunta cómo aceptó quedarse en una silla de ruedas para siempre. Era el 30 de agosto de 1997. Se subió a la escalera para cambiar una bombilla fundida de la iglesia. No había subido ni la mitad de los peldaños cuando se cayó para atrás.
¿Cómo acogiste la noticia?
Poco a poco. No me dijeron que me iba a quedar parapléjica. Fíjate cómo sería que yo le dije al médico: «Si usted me trae dos muletas yo me levanto del sofá».
¿Cómo fue la vuelta?
En Toledo estaba muy bien pero el reto fue al salir, el mundo era totalmente diferente. Tuve que educar a mi propio pueblo. Había trabas en las que nunca me había fijado.
¿Cuál ha sido tu apoyo?
Mi marido y mi hija. Solo tenía doce años cuando me ocurrió, pero como estaba bien enseñada… Nosotros trabajábamos en el campo y ella tenía que ayudarnos en casa. El primer día que Antonio tuvo que planchar, ella le dijo: «Yo lo hago, papá», y así empezó la nueva vida… No es el dinero lo que ayuda a salir adelante. Los seguros y el dinero hacen a la gente vaga.
Lo llevó bien. Ni una queja. Si puede hacer ella algo por sí misma lo hace. Y yo, pues ayudo y ya está. Mercedes no anda, ¡pero habla!
Mercedes, ¿y no te has enfadado?
Muchas veces le digo a Dios: «Pero bueno, ¿dónde estuviste ese día? ¿Estuviste de bacalao? Estaba en tu casa, ¿por qué no te pusiste debajo? Claro, como era sábado por la tarde…, estabas de fiesta, ¿no? [Y ríen ambos, como el que esto ya lo tiene muy hablado con Dios]. ¿Qué voy a ganar con enfadarme?…nada. Sigo en la iglesia. 37 años ocupándome de sus cosas. Es mi casa. Canto, toco el órgano, llevo la contabilidad… Mucha gente me dice: «Y tú, ¿sigues yendo a la iglesia?». ¡Anda! Y ¿por qué no? Pero si me podía haber pasado en cualquier lugar… Si hubiera sido aquí, ¿tampoco hubiera vuelto a mi casa?
¿Realmente la Iglesia ha sido la casa que dices que es para ti?
Sí, siempre me ha ayudado.
En Toledo conocimos al padre Justino. Conmigo se ha portado tan bien… Llegué en ambulancia con mi mujer, y estaba él esperándonos. Enseguida se interesó por lo que le había pasado. Luego me llevó a comer a un sitio estupendo. Como no tenía lugar para dormir, llamó a los hermanos maristas y tuve una habitación gratis todo el tiempo que necesité. Comía con ellos y vivía como en familia. En esos meses tuve casa gracias a ellos.
[Mercedes continúa:]
También con ayuda económica. Les dije que, si tenía que pagar algo el obispado, yo no quería nada. Me caí en la iglesia como me podía haber caído en cualquier lugar. La iglesia era mi casa y entré a limpiar porque quise. Pero desde el obispado me dijeron que para eso tenían seguros como cualquier institución. Que era justo tener esa ayuda. También me dieron la silla.
¿Esta experiencia te ha enseñado algo de la vida?
Fortaleza. Hay muchas cosas que podemos hacer esforzándonos un poco. Tener autonomía te hace bien. Por ejemplo, me he sacado el carnet de conducir. Sabía que no me iba a servir de mucho, pero siempre había tenido esa ilusión. Es bueno hacer cosas que te hagan ver que no eres una inútil. Tienes que llevar todo lo que te da Dios. ¿Puede ser verdad que los creyentes tengamos siempre cara de felicidad?



DOS TESTIMONIOS DE PADRES, ANTE LA DIFICULTAD QUE HAY EN LAS EMPRESAS PARA CONCILIAR LA VIDA LABORAL CON LA FAMILIAR.
Ana
«En las primeras semanas de embarazo me dieron 15 días de baja por un pequeño derrame, y la empresa me puso unos detectives. Yo era responsable de contabilidad, y contrataron a una becaria para hacer mis funciones. A mí me pusieron a hacer transferencias. Empezaron a denigrarme poco a poco, a mirarme todo con lupa. Buscan que te vayas tú para que no cobres indemnización. Seguí trabajando, con mucha tensión, hasta que me dieron la baja al final del embarazo. Di a luz hace cuatro meses, y ahora me estaría reincorporando. Pero la empresa ha conseguido justificar que tiene pérdidas –yo sé que no las tienen– para cerrar las oficinas y trasladarse a otra ciudad. A los trabajadores que no aceptan, se les da una indemnización menor que por despido».
Adrián
«En agosto de 2016 pedí por escrito la reducción de jornada. Mi idea era trabajar de 9 a 15:30 horas del tirón, sin parar a comer, para poder ir a recoger a mi hija al colegio. Además, pronto iba a llegar mi segundo hijo. Era una reducción de hora y cuarto al día, e iba a estar comunicado todo el rato. Podía hacer lo mismo, y cobrando menos, porque al pedir reducción de jornada también se reduce el sueldo. El mismo día, unas horas después, me llamaron para presentarme la carta de despido. Grabé la conversación y reconocieron en varias ocasiones que me despedían por la reducción. Pero en un acto de conciliación mi abogada llegó a un acuerdo con ellos. Al final mucha gente hace eso, lo que da a las empresas más impunidad. Ahora trabajo con mi mujer en una agencia de comunicación que fundamos. Es mucho trabajo, pero te puedes organizar mejor».


Yo, obispo, necesito a los contemplativos
Casi 1.000 monasterios en los que rezan y viven para Dios 11.000 monjas y 495 monjes: España es el país con mayor número de contemplativos, un tercio de los que hay en todo el mundo. Muchos fieles acuden regularmente a ellos para recordar que Dios es lo primero. Y también lo hacen los obispos
En la diócesis de Córdoba hay 23 monasterios de vida contemplativa. A ellos acude de vez en cuando monseñor Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, «porque allí Dios está vivo y presente, es como que entro en la casa de Dios y me voy a encontrar con Dios, que es el que sostiene la vida de aquellas personas».
Y no solo los visita, sino que con frecuencia se refugia en ellos. «A mí personalmente me hace mucho bien retirarme a alguno de estos monasterios, normalmente a La Trapa de las Escalonias, una vez al mes. Me encantan las noches, los madrugones en el coro, cuando todo el mundo descansa, y los monjes velan para orar, para la Lectio divina, para estar con el Señor. Como que se me encuadernan todas las hojas de mi bloc, que con el trajín de cada día a veces están descolocadas», afirma. Y constata que «los monjes y las monjas no están ajenos al mundo, sino que lo llevan muy en el corazón: sus gozos y sus angustias, sus preocupaciones y sus esperanzas, a veces sus dramas y sus lágrimas». Las monjas y los monjes «rezan por todos, ofrecen sus vidas y riegan con su oración las batallas humanas», y su liturgia «atrae a muchas personas, cumpliendo su misión de ser oasis de oración, escuelas de oración, lugares de encentro con Dios».
Por todo eso, «si no hubiera monasterios contemplativos, habría que inventarlos. Nuestra sociedad los necesita más que nunca, porque necesita espacios y tiempos de estar a solas con Dios. Es verdad que no hay tantas vocaciones como en otras épocas, y por eso algunos tienen que cerrar, pero hay monasterios muy vivos, con un buen número de jóvenes, incluso nativos, que dan gran esperanza para que el monasterio siga aportando su vida a la comunidad del entorno. La vida contemplativa tiene futuro en nuestra diócesis» y en toda España «porque no dejan de surgir vocaciones para este servicio a la humanidad: orar por todos, llevar a todos en el corazón y ofrecer a todos espacios de encuentro con Dios».
«Me invita a la conversión»
Don Demetrio no es el único obispo que necesita beber de la oración de los contemplativos. Todos los obispos de España realizan periódicamente alguna visita a algún monasterio de su diócesis o de alguna otra diócesis cercana. Al obispo de Ávila, monseñor Jesús García Burillo, estos encuentros le aportan «gozo, paz y deseo de conversión. Las hermanas me contagian el gozo que viven por su permanente encuentro con Jesucristo y su vida fraterna. Me aportan paz interior porque salgo convencido del bien que me hacen a mí, a la Iglesia y a la sociedad con su asidua oración y consagración». Para don Jesús, estar con las monjas también «me invita a la conversión, porque admiro el grado de entrega, sencillez, austeridad y santidad en que viven ordinariamente».
El obispo de Orihuela-Alicante, monseñor Jesús Murgui, comenzó a confesar a las carmelitas de Ontinyent (Valencia) hace más de 30 años, y desde entonces «he experimentado lo que es contar con una permanente intercesión orante ante Dios». Habla de aquellas monjas como «mis carmelitas», y lamenta que «a causa de las lógicas idas y venidas como obispo de varias diócesis, por mi oración han desfilado multitud de personas, y ellas quedaron en una etapa ministerial de mi vida; sin embargo, yo para ellas no, porque siempre me han tenido allí, en su oración. Su fiel cercanía siempre me ha impresionado». Don Jesús, que ha vivido esta cercanía de los contemplativos en todos estos años, afirma que son «ángeles intercesores ante el Señor, por mí y por la diócesis. Son algo grande, entrañable, y de Dios».
En Mérida-Badajoz, monseñor Celso Morga se beneficia de los monasterios porque «me ayuda el clima de unión con Dios que en ellos se respira», y destaca también «la amabilidad y sencillez de trato, la alegría espiritual y el sincero afecto con el que soy recibido. La estima con la que los fieles rodean desde siempre a los monasterios de clausura son un signo de que perciben ahí la presencia de Dios de un modo particular. Eso que percibe cualquier cristiano lo nota también un obispo. Me gustaría visitarlos más a menudo.
Son una gracia de Dios muy grande».

jueves, 2 de febrero de 2017

agenda AUDITORIUM MATRIMONII

EL 03-FEBRERO-2017 A LAS 21.30 CHARLA SOBRE LA CASTIDAD, ANTESALA DEL AMOR (Ponente: Dº Francisco Ferrer Tapia)

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