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CONFERENCIA 30 OCTUBRE

domingo, 2 de agosto de 2020

HOJA NÚMERO 261

SE MARCHÓ A UN LUGAR TRANQUILO Y APARTADO

El evangelio de este domingo se presta para hablar del descanso y la necesidad de fortalecer la relación personal con el Maestro, Jesús. Dice el Evangelio: Se marchó de allí a un lugar tranquilo y apartado. Es un gesto muy humano de Jesús. Era necesario apartarse para recuperar fuerzas y fomentar la relación entre ellos, sin prisas, cuidando la intimidad y la confianza. El hombre de todos los tiempos necesita cuidar, crear esos espacios para compartir, poder hablar y escuchar, porque con la prisas el hombre pierde profundidad, se sitúa en la superficie, no entra en su ser más profundo. Tenemos prisas y no vamos a ninguna parte. Los que peinamos canas recodamos a nuestros mayores que ni tenían lavadora, ni lavaplatos, ni cocinas y hornos que los programas y casi te sirven la comida en la mesa. Tenemos muchas comodidades y nos falta tiempo para crear esos espacios para compartir. Algunos estáis de vacaciones, es un tiempo para recuperar la relación interpersonal, un tiempo para cuidar la lectura, la reflexión, la oración personal. Santa Teresa dice que la oración es tratar de amistad con quien sabes que te ama.

José, Sacerdote


APROVECHEMOS LOS RATOS, DÍAS PARA UNIR A LAS FAMILIAS

Llevamos muchos días pegados a una realidad virtual que nos ha mantenido en contacto con muchas experiencias eclesiales. Yo acabo de hacer mi Camino de Santiago con la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, un ejemplo de comunión espiritual a través de internet. El título de este artículo es una frase que encontramos en algunos albergues, porque el amor no nos deja indiferentes. No hay nada que toque más el corazón que un gesto de amor gratuito.

En este verano tan especial muchos van a tener la oportunidad de regresar a la tranquilidad de los pueblos y van a retomar el contacto directo con las tradiciones y con una fe sencilla pero auténtica... La fe de un pueblo brota de sus raíces y llega con todo su esplendor en los momentos de mayor alegría con las fiestas patronales, este año muy distintas, que se van a ir celebrando a lo largo de estos meses.

Podremos también volver a sentir el calor de nuestra familia y amigos de la infancia. En muchas casas el olor de la caldereta nos reunirá en torno a la mesa y una conversación pausada nos traerá el recuerdo de lo vivido. Aprovechemos estos días de descanso para unir a las familias. Bueno será reconocer el trabajo denodado de muchas generaciones que han ido poco a poco haciendo una sociedad más justa, especialmente el de nuestras madres o abuelas, que trabajaban mucho dentro y fuera de casa: segar, vendimiar, coger aceituna… No había tarea a la que no se enfrentaran ni obstáculo que no pudieran vencer. Como santa Mónica, siguen cada día rezando por sus hijos y sembrando la fe en sus nietos.

Y los más jóvenes podrán comprobar una auténtica lección de vida. Las alforjas de la vida se llenan con muchas cosas, pero nada como los valores que nos inculcaron. Las raíces del presente se hunden en los esfuerzos y trabajos del pasado, en la sencillez del labrador que es cercano y solidario con su prójimo, en la cultura del amor al esfuerzo.

En este intercambio de vidas tendremos todos la oportunidad de dar regalado lo que hemos recibido, y tomar gratis los que los demás nos ofrecen.


La contradicción de Torra

Polémica en torno a la Eucaristía por las víctimas de la pandemia en la Sagrada Familia. Después de que el Arzobispado
de Barcelona siguiera adelante con la ceremonia –al 23 % del aforo– al considerar «injusta y discriminatoria» la limitación
de la asistencia a diez personas por parte de las autoridades y anunciar acciones legales, el presidente de la Generalitat
avanzaba el lunes que sancionaría a la archidiócesis.
Hay una importante contradicción en la decisión de las autoridades. No se entiende que se haya podido abrir la basílica al
turismo –por insistencia de la Administración– este mismo fin de semana y luego se quisiese impedir una celebración
que contaba con medidas de seguridad más estrictas. Las cifras hablan solas: 2.100 turistas frente a 500 fieles.


AL PIE DEL CAÑÓN CONTRA LA TRATA


En el Día Mundial contra la Trata de Personas, que se celebra este jueves, 30 de julio, la Organización de las Naciones Unidas quiere «recalcar los esfuerzos» de las entidades y personas que, aun en medio de la pandemia, trabajan para «identificar, apoyar, asesorar y buscar justicia para las víctimas de la trata, y desafiar la impunidad de los traficantes».
En España, por ejemplo, Proyecto Esperanza se ha mantenido y se mantiene al pie del cañón. A pesar de las limitaciones
del Estado de alarma, entre el 14 de marzo y el 21 de junio las adoratrices atendieron a 136 personas en sus casas de acogida y
en el centro de día, con una ocupación casi total de sus recursos.
Su trabajo frente a este «verdadero flagelo para nuestras sociedades» –en palabras del observador permanente de la
Santa Sede ante la ONU en Ginebra, monseñor Ivan Jurkovic– constituye un recordatorio de que queda mucho camino que
recorrer en la concienciación de la población en general, el acompañamiento y apoyo a las víctimas, y la persecución de
quienes aplastan su dignidad.


LA MIES ES MUCHA, LOS OBREROS POCOS

En la zona norte de la provincia de Palencia, entre cuatro sacerdotes se tienen que repartir la atención espiritual
de los habitantes de 60 pueblos. Vemos que se cumple una vez más la cita evangélica de que «la mies es mucha
y los obreros pocos», y aprovechando que el 4 de agosto es la fiesta del cura de Ars, podemos intensificar nuestra
oración pidiendo al Señor, por la intercesión de san Juan María Vianney, que proporcione abundantes vocaciones
de santos y doctos sacerdotes de los que tan necesitados estamos en muchas zonas del mundo.

La era de las mascarillas

Estamos en tiempo de mascarillas para combatir al COVID-19.
Yo quisiera recordar la primavera del año 1981, cuando la gente utilizaba mascarillas para combatir el famoso brote de neumonía
atípica. En los hospitales madrileños se hablaba de la era de las mascarillas, y no se podía entrar sin ella, ya que era muy contagiosa. En la época se decía que fue provocada por el aceite de colza que se vendía a granel (luego se demostró que la enfermedad por la colza era una cosa, y la neumonía atípica era otra). En la actualidad, a buena parte de la población le parece novedosa la utilización de mascarillas, pero recuerden la primavera de 1981…

Un lujo más que un derecho

De vacaciones en Chiclana, esa maravillosa zona de la costa gaditana, leo el ABC en papel, como a mí me
gusta, aunque sé que está quedando relegado por todo lo virtual. Este momento dulce se vio empañado
por la cruda realidad de un artículo sobre las personas sin hogar en Sevilla, cuyo número «va subiendo de
forma alarmante» y, lo que es peor, se va normalizando en nuestra retina.
Como sanitaria que soy, me parece un verdadero drama ver cómo tantas personas de todas las edades van buscando un hueco en cualquier banco, en el suelo o en unos tristes cartones en cualquier sucursal bancaria, acercándose a otras personas que buscan
lo mismo para sentirse un poco menos solos al compartir su desgracia.
No pensemos que estamos bendecidos por una varita mágica que nos librará siempre de sufrir algo similar. Vayamos preparando el escenario para ayudarnos entre nosotros en esta crisis sin igual. Ese derecho a una vivienda digna que viene recogido en
la Constitución cada vez se parece más a un lujo que a un verdadero derecho.

6 DE AGOSTO DE 1945, UNA FECHA PARA RECORDAR HASTA DONDE LLEGA LA MALDAD DEL SER HUMANO

El 6 de agosto de 1945 Setsuko Thurlow y sus compañeras, todas en torno a los 15 años, se estrenaban como
descifradoras de códigos para el Ejército de Japón. A las 8:15 horas «vi un tremendo flash por la ventana y supe que
mi cuerpo estaba volando». Comprendió que había sido Estados Unidos. Un ataque muy diferente. Ella tuvo suerte:
solo sufrió heridas por el derrumbe del edificio. A 300 compañeros de su colegio los habían mandado a trabajar
en las obras del centro de la ciudad. Hubo personas que «simplemente se vaporizaron» por los más de 3.000 ºC
que alcanzó la zona. Otros «quedaron carbonizados. Una compañera que sobrevivió nos contó que, arrastrándose,
formaron un círculo y empezaron a cantar himnos. Uno a uno fueron derrumbándose y muriendo».
En diciembre de 2017, Thurlow recogió el Premio Nobel de la Paz en nombre de la Campaña Internacional para la
Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), principal artífice del tratado para su prohibición. También participa en
encuentros promovidos por Justicia y Paz y otras entidades de Iglesia para sensibilizar sobre el horror nuclear. No acabó
ahí, ni con los heridos que llegaban por miles a las afueras, con «la piel y la carne cayéndoseles» y suplicando agua. «Una
semana después mis tíos, sin daños visibles, se pusieron muy enfermos, vomitaban y les salieron manchas moradas
por todo el cuerpo. Al poco, murieron». La radiación siguió siendo un asesino invisible durante mucho tiempo.

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