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CONFERENCIA 30 OCTUBRE

sábado, 12 de diciembre de 2015

Agenda Diciembre 2015.



El 18 de diciembre a las 21.30h
Charla sobre: ¿Qué es el matrimonio? .-
Ponente: Dº Juan Damián Gandia Barber

 FESTIVAL DE VILLANCICOS PARROQUIAL
El domingo día 20 de diciembre, después de la misa de 12H, se realizará el tradicional festival de Villancicos Parroquial.
En el que todos los grupos de la parroquia interpretaran un villancico y de ésta manera pasaremos un momento lleno de alegría y de ilusión desde la oración.
¡Estas invitado, no faltes!

CELEBRACIÓN PENITENCIAL
El lunes 21 a las 20.30h tendrá lugar una celebración de la penitencia comunitaria.
No dejes pasar la oportunidad de prepararte  para el Nacimiento de Jesús.

Hoja parroquial número 81



  Hoja parroquial número 81



LA FAMILIA, HOY EN DÍA ES UNO DE LOS ÁMBITOS MÁS NECESITADOS DE MISERICORDIA
El Instrumentum Laboris del Sínodo de los obispos sobre la familia  recuerda cómo el Papa Francisco en sus encuentros con las familias, recomienda aquellos estilos de vida a través de los cuales se cuida y se hace crecer el amor en la familia: pedir permiso, agradecer y pedir perdón, sin dejar jamás que el sol se oculte sobre un litigio o una incomprensión, sin tener la humildad de excusarse.
Quizá sea el Evangelio de la misericordia el más decisivo principio que anime a la vida matrimonial y familiar. En la convivencia cotidiana, en la que nos mostramos con nuestras virtudes y defectos, es imposible evitar que haya roces, discusiones, faltas mutuas. Así, la gracia del sacramento y la fuerza del amor cristiano nos señalan que el perdón mutuo es camino de reconciliación, es el dinamismo propio que tiene todo amor verdadero.
En el perdón mutuo, los miembros de la familia llevan unos las cargas de los otros. El que ofende, al pedir perdón, se humilla como pide Jesús y ablanda su corazón contra el orgullo. El que perdona, se identifica con Dios mismo que nos perdonó en Jesús y  configura su corazón con la blandura del amor.
La misericordia, antídoto contra los profetas de la ruptura.
La disposición a perdonar y ser perdonado también edifica al matrimonio cuando arrecian las dificultades. En este sentido, en muchos lugares, se ha generado una generalizada mentalidad que suele aconsejar a los esposos la ruptura ante la primera dificultad, ante la primera adversidad. ¡Qué distinto es el camino de la misericordia! Es un camino que invita a poner la otra mejilla, a perdonar, a pedir perdón, a agradecer, a dar una nueva oportunidad, a reconocer que todos somos débiles y pecadores y que todos necesitamos el perdón de Dios.
En definitiva, se trata de vivir cotidianamente al interior de las familias la invocación cotidiana del Padre Nuestro: «perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden»


LA INVENCIBLE ESPERANZA
    Cuando Teresa llegó a nuestro monasterio como huésped pidiendo ayuda, era como un ovillo de cardos, con el corazón lleno de contracturas. Necesitaba contarse ante otra persona: se habían derrumbado ante ella muchos mundos, se había tambaleado su firmamento personal hasta no dejar nada en pie. Abandonos, fracasos, heridas y soledad, de ahí su infinito relato de apocalipsis íntimos.
Más que dar esperanza, debíamos buscar lo que quedaba de ella entre los escombros. Y ahí estaba, agazapada en el último rincón como una niña aterrada.
La esperanza es la última en perderse porque guarda una certeza, que la última palabra no está en nosotros.
La esperanza aguarda al Único que salva al hombre.
Ha sido un largo viaje. Ha sido preciso sacar a Teresa de sus curvaturas sobre sí misma, de las defensas en las que estaba encerrada y ayudarla a levantarse, a alzar la cabeza y esperar de pie al Hijo del Hombre.
Me dijo: «Cuánta misericordia habéis tenido conmigo». Yo le respondí: «Sí, cuánta esperanza».
Visita de la Virgen María a su prima Isabel colorearUna cosa clara: nunca se puede desesperar de nada ni de nadie. El ser humano, tocado por la gracia, se levanta del polvo 70 veces siete. Cuando parece no quedar nada, queda la esperanza. La huella de la misericordia de Dios en nosotros es esa invencible esperanza, hechura suya, que Él ha dejado grabada a fuego en el barro humano y que nos orienta hacia la Vida, la salvación, el Amor, la verdadera felicidad, y nos hace esperar en ello. Esta esperanza nos salva. Es la fuerza que nos levanta del polvo, nos alza de muerte... porque Él se acerca, viene, y nos salvará. Sí, ¡cuánta esperanza despierta la misericordia de Dios en nuestras vidas!
*Priora del monasterio de la
Conversión. Hermanas Agustinas




PEQUEÑOS MILAGROS
Nunca dejará de sorprenderme el poder de sanación que tiene la escuela. Cada nuevo curso se repite la misma historia: niños y niñas tímidos, ariscos, agresivos o tristes, que llegan al cole tras años sin escolarizar. No hablan, no ríen, sus miradas parecen apagadas por el peso de la vida. Es el precio pagado por crecer antes de tiempo.
A los pocos meses empieza la transformación: aparecen las sonrisas, se relacionan entre ellos y, sobre todo, comienzan a soñar. Su horizonte se expande, otro futuro es posible.
No os creáis que hacemos algo extraordinario; más bien, nuestro trabajo es bastante normal y quizás ahí esté la clave: somos para ellos un hospital de normalidad. Los refugiados en el Líbano viven en condiciones de gran pobreza, de inseguridad, de incertidumbre y de discriminación. En nuestro centro encuentran un lugar seguro donde poder estudiar, jugar y relacionarse como cualquier niño de su edad. Esta normalidad, junto al cariño y al esfuerzo de todos los que trabajamos con ellos, constituye la primera piedra en el proceso de sanación del niño. No os voy a engañar, el odio, la guerra y la violencia dejan heridas profundas en sus vidas, por lo que necesitarán años para recuperarse. Pero también os digo que aún no nos hemos encontrado con ningún caso perdido; por muy honda que sea la huella, siempre hay esperanza. Cada uno de nuestros niños es un pequeño milagro que nos demuestra que el amor y la ternura son mucho más fuertes que el odio. Cada sonrisa es un recordatorio de que hay que ser paciente y constante, de que a pesar de que no veamos resultados inmediatos el Señor sigue trabajando por dentro.
Cada una de sus miradas nos anuncia que, por muy larga que sea la noche, al final siempre sale el sol.







UN AÑO PARA LA CONVERSIÓN
Y LA MISIÓN

El Papa ha repetido en varias ocasiones que tiene la impresión de que su pontificado no será largo. Tal vez por eso, o porque –como también ha dicho– no le gusta «balconear la vida», no ha querido perder el tiempo y ha propuesto una hoja de ruta que va a lo esencial de la vida cristiana: vivir del amor misericordioso de Dios para dárselo a conocer al mundo con obras y palabras. Esa ha sido siempre la raíz de la acción evangelizadora de la Iglesia, y ese es el eje vertebrador del Año Jubilar de la Misericordia que el Papa abrió el martes en Roma.
Francisco es consciente de los peligros que se ciernen sobre la humanidad: guerras, terrorismo, cambio climático, consumismo exacerbado, desigualdades, corrientes ideológicas que desnaturalizan al hombre, una apostasía silenciosa que margina a Dios... La respuesta que le pide a la Iglesia no es la de un repliegue temeroso, sino incrementar su celo apostólico a través del lenguaje universal de la misericordia, cauce privilegiado para revelar al mundo el verdadero rostro de Dios. Es la misma respuesta que dio hace 50 años el Concilio Vaticano II, de cuya clausura se cumplieron el martes 50 años. Conversión y misión.
Una Iglesia purificada se despojaba de mundanidad para salir a anunciar el Evangelio a un mundo que, en palabras de Pablo VI, «escucha más a gusto a los testigos que a los maestros». Esa es la hoja de ruta que han seguido todos los pontificados desde entonces. Lo que ha hecho Francisco es acelerar el paso.
Una de las notas características de este Año de la Misericordia es la descentralización. El Papa pretende que este Jubileo llegue hasta el último rincón de la diócesis más remota. En España, en comunión con Francisco, los obispos han orientado el trabajo en sus diócesis para facilitar que la Iglesia sea verdaderamente una casa donde se experimente el perdón de Dios y se practique el amor al prójimo. Con todo, el mejor plan pastoral no puede ser más que una invitación lanzada a los fieles. La pelota, por tanto, está ahora en el tejado de cada bautizado.
SANTA TERESA DE JESUS: DIBUJOS PARA COLOREAR NAVIDAD II





MI PADRE NO RENEGÓ DE SU FE,
 Y ESTOY ORGULLOSA DE ÉL

Me llamo Ingry Tawadros,
tengo 14 años, soy copta ortodoxa, y la mayor de tres hermanos. Nuestro padre fue decapitado por el Daesh en una playa de Libia el 15 de febrero.
Se mantuvo fiel en su fe hasta su último aliento. No pudimos dar sepultura a nuestros muertos porque el Daesh tiró sus cuerpos al mar. Rezamos por sus asesinos. Mi padre y sus compañeros han sido reconocidos mártires por mi Iglesia.
Son un ejemplo para todos los cristianos

Esta Navidad va a ser muy distinta para las viudas e hijos de los coptos asesinados por los terroristas del Daesh en Libia a principios de este año. Todavía nos estremecemos al recordar las imágenes de los 21 cristianos vestidos de naranja junto al mar. Esa peregrinación hacia el martirio ha quedado grabada en la memoria de los egipcios y de todos los cristianos.
Una delegación de Ayuda a la Iglesia Necesitada ha visitado recientemente a sus hijos. Fue en la sede episcopal del obispo de Samalut, monseñor Paphnutius. Está a 250 kiometros al sur de El Cairo.
El obispo hace de anfitrión y pide hablar a los niños.
Lo primero que llama la atención es la serenidad y la tranquilidad con la que los chavales hablan de sus padres. Sus caras se entristecen recordándolos, pero estos huérfanos, algunos de apenas cinco años, están orgullosos de lo que hicieron sus padres. Los pequeños casi no pronuncian palabra, miran a sus hermanos mayores y a su obispo. Solo son capaces de asentir con la cabeza. Toma la palabra Ingryawadros, de 14 años.
Está sentada junto a sus dos hermanos pequeños.
Hola Ingry, ¿quién era tu padre?
Mi padre se llamaba Tawadros Youssef Tawadros. Era un gran trabajador y un buen padre.
Es un nombre muy cristiano...
Sí, de hecho mi padre tuvo muchas dificultades en Libia porque su nombre es fácilmente reconocible como cristiano y, según cuentan, le pidieron en numerosas ocasiones que se cambiara de nombre, pero él nunca quiso. Mi padre decía: «Quien se cambia de nombre acaba cambiándose de fe».
¿Cómo vivió tu familia y vuestra comunidad el secuestro de tu padre y sus compañeros cristianos?
Rezamos durante 40 o 50 días para que no renegaran de su fe. Hasta el final invocaron el nombre de Jesús.
¿Qué has aprendido del testimonio de tu padre?
Quiero que sepan que estoy orgullosa de mi padre. No solo por mí o por mi familia, sino porque ha honrado a toda la Iglesia. Estamos muy orgullosos porque no renegó de su fe y eso es algo maravilloso. Además, nosotros rezamos por los asesinos que mataron a mi padre y a sus compañeros, para que se conviertan.
Ingry no quiere hablar más, pero no es necesario.
Ya está todo dicho. No hay nada más verdadero que pueda salir de los labios de una muchacha huérfana.
No puede existir juicio más claro.
Al tratar de preguntar a otro de los niños, comienzan a escaparle lágrimas de sus ojos. «Mi padre está en el cielo», asegura otra de las niñas pequeñas entre el grupo. «A pesar de ello estoy triste, pues está tan lejos... Le echo de menos».
Familia Católica: Páginas para colorear para las principales fiestas ...Su obispo concluye: «Desde siempre la Iglesia sabe que la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos. En este caso no es diferente. Desde Alejandría hasta Asuán, en todo Egipto se ha reforzado la fe de los cristianos_



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