Entrada destacada

CONFERENCIA 30 OCTUBRE

lunes, 6 de marzo de 2017

HOJA Nº 128

PARROQUIA DE CRISTO REY-
Hoja Parroquial nº 128
Semana del 19 al 25 de febrero de 2017


MARIA
Oh María. Virgen Inmaculada
Puro cristal para mi corazón,
Tú eres mi fuerza, oh ancla poderosa,
Tú eres el escudo y la defensa para el corazón débil.
Oh María, Tú eres pura e incomparable,
Virgen y Madre a la vez Tú eres bella como el sol, sin mancha alguna,
Nada se puede comparar con la imagen de tu alma.
Tu belleza encantó el ojo del tres veces Santo,
Y bajó del cielo, abandonando el trono de la sede eterna,
Y tomó el cuerpo y la sangre de Tu Corazón,
Durante nueve meses escondiéndose en el Corazón de la Virgen.
Oh Madre, Virgen, nadie comprenderá, Que el inmenso Dios se hace hombre,
Sólo por amor y por su insondable misericordia,
A través de Ti, oh Madre, viviremos con Él eternamente,
Oh Maria, Virgen Madre y Puerta Celestial,
A través de Ti nos ha llegado la salvación
Todas las gracias brotan para nosotros a través de Tus manos
Y me santificará solamente un fiel seguimiento de Ti.
Oh Maria, Virgen, Azucena más bella,
Tu corazón fue el primer tabernáculo para Jesús en la tierra,
Oh María, dulce Madre mía,
Te entrego el alma, el cuerpo y mi pobre corazón,
Sé (Tú) la custodia de mi vida, Y especialmente en la hora de la muerte,
En el último combate.

LOS NIÑOS NO SON ESCLAVOS

Nos incumbe a todos, creyentes y no creyentes, unir brazos para involucrarnos en luchar contra la lacra de la trata de personas, que ha llegado a ser la actual esclavitud del siglo XXI en tantos países del mundo, no solo en los más pobres del planeta. ¿Cuántas mafias trafican con personas tan vulnerables como mujeres y niños pobres y huérfanos que vagan solos por campos y ciudades, o aprovechándose de refugiados de guerra que huyen en busca de una vida mejor o subyugando a sus víctimas con negocios de explotación, de tráfico de órganos, de pornografía infantil o esclavizando a niños con sueldos miserables, o engañando a mujeres en mafias de trata de blancas, con promesas de una mejora de su situación y amenazándolas con matar a sus familias si los delatan?
Si aquí nos quejamos de que baje unos grados la temperatura y no hablamos de otra cosa, ¿qué haríamos si solo contásemos con una tienda de campaña y poco más?


NO QUIERO CONTAGIARTE

Me dicen: “No me acerco, no quiero contagiarte”. Lástima, pensé. En ese instante estaba triste, le notaba a él contento. No me hubiese importado que sí se acercara y me contagiara su espíritu animoso. Luego comprendí que hablaba de la gripe.
Pensaba después en ello. Me daba cuenta de que tenía muchas personas a mi alrededor griposas, pero no tantas estaban alegres.
¿No sería genial que se contagiase la alegría con la misma rapidez que la gripe? A muchas personas he oído decir lo mismo: “No me acerco, no quiero contagiarte”.
Empiezo un libro sobre el Papa: Darlo todo, darse todo. ¿Tal vez sea esa la clave para contagiar almo más que la gripe? ¿Darlo todo, darse todo, darse a todos?

«MAMÁ, TE QUIERO»

El amor a nuestra madre. He ahí un cimiento de nuestra personalidad. Nadie se escapa de ese test afectivo. Nuestra relación más íntima con nuestra madre configura y decide grandes líneas de nuestra forma de ser. Este tema lleva rondando en mi cabeza desde que me pasó lo siguiente: un hombre de 37 años vino a uno de los retiros espirituales de fin de semana de nuestra parroquia. Lo hacía un poco a regañadientes, porque lo hacía como requisito para poder casarse, tal como pedimos en la preparación del matrimonio. Este hombre había tenido una vida muy dura, había cometido diversos delitos. Comenzó un poco frío y distante pero, poco a poco, se le notaba más emocionado, hasta que llegó el punto de que se confesó, se relajó muchísimo y comenzó a rezar con intensidad. Fue toda una conversión. Se encontró con el Señor y empezó a ir Misa, a hacer oración y confesarse con frecuencia. Cuando me contó su profundo cambio, me impresionó especialmente que al terminar aquel retiro, lo primero que hizo fue llamar a su madre, que está en Bolivia. Había tenido siempre una relación agresiva y violenta con ella. La había odiado y le había dado un sinfín de disgustos. La telefoneó contando lo que había pasado en ese fin de semana. Llevaba mucho tiempo sin llamarla. Simplemente le dijo: «Mamá, te quiero». Nunca en su vida le había dicho «te quiero». Era la primera vez que se lo decía. Me pareció un perfecto propósito de un retiro espiritual. Esto me hizo pensar que la cercanía a Dios sana heridas del pasado. El paso de Dios en nuestra vida arroja luz en nuestro pasado, y en nuestro corazón. Seguramente, este hombre, para seguir en el camino del bien, tenía que reparar tanto dolor como había provocado a su madre. Sentía que no podía casarse hasta que le mostrara amor a su madre. Ahora sabe que es un buen hijo, agradecido a su madre.

Cuando todo está perdido
Desde el otro lado de la reja el padre Ángel García, capellán de la prisión de Sevilla I, comparte con nosotros el testimonio de un interno que hoy se siente el hombre más libre de la cárcel. Trabaja duro en la cocina y en sus ratos libres piensa, reflexiona y escribe:
«Cuando llegas a la cárcel esposado y rodeado de guardias, un gran sentimiento de silencio y soledad invade tu vida. Atrás quedan tu hijo, tus padres y amigos. Y ante este silencio y soledad comienzas a pensar que todo está perdido… Cuando todo está perdido caes a un pozo sin fondo que parece nunca terminar. Cuando todo está perdido la desesperación inunda tu corazón. Cuando ni tus seres queridos se acuerdan de ti, el mundo olvida que aquí hay personas que un día se equivocaron, pero que aman y luchan por cambiar. Desde la soledad de mi chabolo descubro que la cárcel no es buena porque me va robando la vida poco a poco. Y en el silencio de la noche me doy cuenta de que Alguien me dice que, a pesar de todo, aún hay vida y esperanza.
Entonces y solo entonces, Señor, cuando todo está perdido, me acuerdo de tu nombre y con mucha confianza sale de lo profundo de mi corazón una súplica confiada: ¡Ayúdame, Señor, Dios mío! Y es entonces y solo entonces, cuando ya nadie me cree por mis mentiras y la vida se me escapa de mis manos, cuando te pido: ¡Señor, misericordia!
Ahora, en este punto oscuro y gris de mi vida, entro en mi interior y me doy cuenta de que todos me han abandonado a causa de mis errores. Sin embargo tú, Dios, haga lo que haga y lo que haya hecho, nunca me abandonaste. Ahora, cuando ya todo estaba perdido descubro, Señor, que haga lo que haga y lo que haya hecho, tú nunca me avasallaste… Aunque no te vea, Tú estás y has estado en mi vida de caídas. He sido yo el que me aparté de tu camino.
Señor, cuando todo está perdido, solo tú permaneces siempre a mi lado y nunca me abandonas. Gracias Jesús por tu amor inconmensurable. Ahora no me siento solo. Sé que tu amor lo tengo para siempre. Te ruego Señor que me enseñes a quererte».

«DIOS NO LO NECESITA,
PERO SE MERECE QUE LE ADOREMOS»
Pedro Luis Andaluz Andrés, capellán de un convento de clausura en Ágreda (Soria)
Ágreda tiene 3.000 habitantes, pertenece a la diócesis de Osma-Soria, y está en un cruce de caminos entre Zaragoza, Navarra, Soria y La Rioja. Su nombre está asociado al convento de concepcionistas franciscanas que fundó la madre María de Jesús de Ágreda, una monja del siglo XVII que alcanzó enorme fama de santidad, y cuya causa se ha vuelto a abrir recientemente. La madre Ágreda tenía, según cuentan, el don de la bilocación. Un don que «me vendría muy bien, sobre todo los domingos», dice Pedro, que tiene 27 años y se estrenó como cura hace uno y medio directamente como párroco del pueblo y capellán del convento. Asegura que «en la Iglesia todos necesitamos convertirnos. También las monjas de clausura»
Predicar a unas monjas de clausura es como jugar al fútbol en tu estadio. ¿De verdad les hace falta que le hablen de Dios?
¡Todos necesitamos la conversión! Continuamente, día a día. Tú imagina una vida en comunidad, 24 horas juntas. Lógicamente, siempre pueden salir cosillas. Por eso necesitan convertirse a Dios para amar más a las hermanas, para vivir su apostolado como vida contemplativa de oración continua, para buscar lo que Dios les va pidiendo cada día, para sostenernos con su oración…
En una diócesis tan escasa de sacerdotes, ¿no es un desperdicio qué un cura tan joven esté dedicándole horas a unas monjas de clausura?
Los contemplativos son muy necesarios, son el pulmón de la Iglesia. Los que estamos dando guerra en otros apostolados necesitamos que nos sostengan. Ellas han entregado su vida por la Iglesia de forma continua, y por eso son tan necesarias para sostenernos. Nos van abriendo camino con la oración. De verdad que son misioneras: se entregan a Dios por toda la humanidad y se preocupan por nosotros. Son un carisma muy necesario, sobre todo en este momento en el que está la Iglesia.
¿Por qué más en este momento?
Porque son un testimonio impresionante de que Dios se sigue preocupando por nosotros, y sigue llamándonos a seguirle. Una mujer que decide entregar su vida por completo al Señor, para estar con Él día y noche, da un enorme testimonio de la gracia de Dios.
¿Qué le enseñan nueve monjas mayores a un cura joven?
La radicalidad con la que viven. Es una comunidad mayor, pero tienen una ilusión y un entusiasmo enormes para vivir su vocación. Verlas me lleva a plantearme la ilusión, la generosidad y la fidelidad a la vocación que he recibido. Y eso vale para cualquiera.
¿Qué quieres decir con lo de vivir con radicalidad?
Que no podemos ser cristianos a medias ni ser solo cristianos de nombre. Se tiene que manifestar en nuestras obras, en nuestro día a día; con naturalidad, pero también con fidelidad radical.
Unas religiosas con tanta trayectoria espiritual, ¿aceptan bien los consejos de un capellán jovencito, o piensan que te pueden dar sopas con hondas?
[Risas] ¡Si lo piensan, no me lo dicen! Son una comunidad extraordinaria, de gran humildad y sabiduría, que entregan su vida al Señor con alegría y sencillez, adorando a Dios y dándose por toda la humanidad. Además de celebrar la Misa cada día y pasar bastante rato en el confesionario, tengo una atención más personal por si necesitan algo: acompañarlas al médico, ir con ellas si tienen que hacer alguna salida, visitarlas si están en el hospital… En el seminario quería que me mandaran a cualquier destino, menos ser capellán de monjas. Hoy doy gracias a Dios porque tener a estas mujeres en mi vida es una gracia.
¿Dios necesita que le adoremos?
Dios no necesita nada, porque Él ya es Dios. Somos nosotros los que necesitamos adorarle a Él. A nosotros nos ayuda ponernos en su presencia, darle honor y gloria, no porque le hagamos más grande, sino porque Él nos engrandece al entregarnos su espíritu. Dios no lo necesita, pero se merece que le adoremos.
AGENDA DE LA SEMANA
ESTA SEMANA REZAMOS POR LOS SACERDOTES QUE HAN EJERCIDO EL MINISTERIO EN LA PARROQUIA, VIVOS Y DIFUNTOS, LOS HIJOS DE LA PARROQUIA, LOS SEMINARISTAS Y LAS VOCACIONES A LA VIDA SACERDOTAL________________________________________
El viernes 24 de febrero se celebrará a las 21.30h. en la Parroquia se celebrará una Hora Santa ante el Santísimo.
ADORACIÓN EUCARISTICA PERPETUA GANDIA
El sábado 25 de febrero en la Capilla de Santa Clara, se celebrará un encuentro de adoradores.
A las 11.30 comenzará con un momento de oración, seguidamente una conferencia sobre Jesucristo Eucaristía, a cargo de D. Priscilio Ruiz. Acabando con una comida todos juntos en la que cada uno debe llevar su comida y si puede algo para compartir.
Es para todos: adoradores, familiares y amigos.
________________________________________

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si lo deseas puedes enviarnos tus comentarios y o sugerencias.

Datos personales

Vistas de página en el último mes