Hoja Parroquial nº 92

Semana del 28 de febrero al 5 de marzo de 2016
FRENTE AL “ESTRÉS”, EL RITMO DE DIOS.
Vivimos desasosegados, inquietos, impacientes, en un tiempo de prisas, de falta de tiempo para todo. Vamos de un lado para otro, siempre corriendo, tratando de llegar a todas partes y a todos los quehaceres. La vida se nos carga de trabajos, de responsabilidades, de cosas por hacer que nunca llegamos a realizar del todo... Tenemos prisa por llegar, por crecer, por madurar, por vivir, por saber, por conocer... ponemos imprudentemente la mano sobre la zarza ardiendo, sin tiempo para reflexionar... (Éx 3,3)
Y Dios nos da la respuesta sorprendiéndonos con “otra” lógica, la del “tiempo de Dios”, que no es nuestro tiempo. Vivimos a contrapié de la naturaleza, que tiene su propio ritmo, el ritmo de Dios. Vivimos la lógica del tempo limitado y la justicia humana. Y la misericordia de Dios nos ofrece el regalo de su paciencia:
- “Para ti mil años son un ayer que pasó, una vela nocturna” (Salmo 90, 4)
- “Para el Señor un día es como mil años y mil años como un día. No retrasa el Señor lo que promete aunque algunos lo estimen retraso; es que tiene paciencia con vosotros porque no quiere que nadie perezca, quiere que todos tengan tiempo para enmendarse”(2 Pe 3, 8-9)
- Dios “paciente” frente a nuestra impaciencia: “que baje fuego” (Lc 9, 52-55)
El trigo y la cizaña (Mt 13, 24-30)
- “La semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha sola... (Mc 4, 26-29)
- “Un hombre tenía una higuera plantada en su viña... Pero el viñador le contestó: Señor, déjala todo este año... (LC 13, 6-9)