Entrada destacada

CONFERENCIA 30 OCTUBRE

domingo, 10 de abril de 2016

HOJA PARROQUIAL Nº 97

PARROQUIA DE CRISTO REY-
Hoja Parroquial nº 97
Semana del 10 de abril al 16 de abril de 2016

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Una lectura espiritual no significa sólo leer sobre personas o casas espirituales. Es también leer espiritualmente, es decir, de manera espiritual, a saber: leer con el deseo de que Dios venga más cerca de nosotros.
La mayoría de nosotros lee para adquirir conocimiento o para satisfacer su propia curiosidad. El fin de la lectura espiritual, sin embargo, no es apoderarse del conocimiento o de la información, sino dejar que el Espíritu de Dios señoree sobre todos nosotros. Por muy extraño que pueda parecer, la lectura espiritual significa dejar que Dios nos lea. Podemos leer con curiosidad la historia de Jesús y preguntarnos: “¿Ha sucedido de verdad? ¿Quién ha compuesto esta historia y cómo lo ha hecho?”. Pero también podemos leer la misma historia con atención espiritual y preguntarnos: “¿De qué modo me habla Dios aquí y me invita a un amor más generoso?”. Podemos leer las noticias de cada día simplemente para tener algo de que hablar en nuestro trabajo. Pero también podemos leerlas para hacernos más conscientes de la realidad del mundo, que tiene necesidad de las palabras y de la acción salvífica de Dios. El problema no es tanto lo que leamos, sino cómo leamos. La lectura espiritual es una lectura que se hace prestando una atención interior al movimiento del Espíritu de Dios en nuestra vida exterior e interior. Esta atención permitirá que Dios nos lea y nos explique lo que verdaderamente estamos haciendo.




«Dame fe, Jesús»
El Viernes Santo, antes de dar por concluido el vía crucis que celebrábamos en el salón de actos de la cárcel de Soto del Real con 200 internos, en un ambiente de mucha oración, recogimiento y emoción, Juan Carlos, que lleva diez meses cumpliendo condena, se levantó del asiento y de rodillas ante la Cruz nos sorprendió, dirigiéndose con lagrimas en los ojos al Jesús clavado en la cruz con la siguiente oración:
«Jesús, yo soy un preso y solo tú sabes lo que me cuesta rezar en esta situación, ya que en mi ser más profundo explota a cada instante la rebelión. Es difícil creer y rezar cuando uno se siente abandonado y parece que todos le rechazan. También para Ti fue difícil rezar en la cruz y gritaste tu angustia, tu desilusión y tu amargura: “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. Mirándote a Ti esta es también hoy mi única oración. Yo no soy inocente como Tú, pero mi por qué es una petición de justicia, aunque pocos quieran escucharme. A Ti, amigo y hermano Jesús, dirijo hoy mi grito angustiado y desgarrado. Acéptalo como oración. Perdona y olvida todo el mal que he hecho. No todos me perdonan, sino que me siguen marcando como delincuente. Señor Jesús, no quiero perder mi dignidad ni renunciar a ser persona por el hecho de haber entrado en prisión. Hoy quiero creer que Tú, el más justo e inocente de los condenados, serás capaz de comprender mis lágrimas y mi rabia. Tú solo eres mi único hilo de esperanza verdadera. Te pido perdón si detrás de estas rejas miro furioso y con rabia a una sociedad que me señala y me excluye. Dame fe en la verdadera libertad, en esa libertad que está dentro de cada persona y que nadie nos puede arrebatar. Dame fe en mi capacidad de regenerar y rehacer mi vida según el modelo que me ofreces en tu Evangelio. Madre de la Merced, te pido hoy que ruegues por mí, que estoy sediento de libertad. Rompe las cadenas que me esclavizan y me anulan como persona. Vela y protege a mi familia. Extiende tu manto maternal sobre los que nos encontramos privados de libertad, para que todos juntos consigamos humanizar y dignificar nuestras vidas.
CRISTO NOS HABLA

1. El gozo de la confianza: Que siempre nos hace tener las puertas de nuestra vida abiertas para todos los hombres sin excepción, en una expresión de misericordia. Y que tiene su manifestación en la confianza inquebrantable en el Señor, a quien escuchamos y por quien obramos: «Echad la red a la derecha de la barca y allí encontraréis, […] la echaron y no tenían fuerzas para sacarla». Fuera del amor misericordioso no hay otra fuente de esperanza para el hombre. La misericordia da confianza al ser humano y capacidad de recuperarse siempre. En la misericordia, Dios manifiesta el verdadero poder de Él. Salgamos por los caminos del mundo con confianza.
2. El gozo de la sorpresa: «Vamos, almorzad». Dejémonos sorprender por el Señor todos los días en la Eucaristía. ¡Qué gozo poder armonizar nuestra mirada con la mirada de Cristo, armonizar nuestro corazón con el corazón de Cristo! Así, el apoyo amoroso que ofrezcamos a los que nos encontremos en el camino de la vida, se convierte en participación, en compartir sus esperanzas y sufrimientos, haciendo visible y tangible la misericordia de Dios a cada ser humano y nuestra fe en el Señor. Dejemos que siempre nos sorprenda Dios.
3. El gozo del cariño de Dios a cada uno de los hombres: ¿Sabéis lo que significa que el Señor quiera conquistar nuestro corazón para que no tengamos otra fuerza para vivir y para dar más que su amor? Las preguntas a Pedro son las que debemos hacernos siempre: «¿Me amas más que estos?», «¿me amas?», «¿me quieres?». Son preguntas que desean conquistar nuestro corazón. Amar a Dios como Él nos ama, con todo nuestro ser, hasta dar si es necesario la vida por Él, atender las necesidades de todos los hombres, muestran lo que debe ser un discípulo misionero, que se resume en aquellas palabras de san Pablo: «El amor de Cristo nos apremia» (Cor 5, 14).






VIVIMOS EN UNA SOCIEDAD DESALMADA.
Emigrantes son los extranjeros, sin patria o familia verdadera, pues han debido abandonarla por hambre, presión social o violencia, para vivir errantes, sin retorno de acogida cultural o humana, sin Estado que sancione su derecho a la vida. Son pobres pues, careciendo en general de bienes económicos, carecen de protección jurídica y dignidad reconocida, estando así desnudos, conforme al lenguaje de la Bibilia: amenazados por la enfermedad y la cárcel (campo de concentración), como derecho humano.
Emigrantes, extranjeros y desnudos son hoy las minorías (¡a veces mayorías!) marginales sin protección social ni Estado que avale sus derechos, multitudes no aceptadas ni integradas en el grupo dominante. Nuestra sociedad podría ofrecerles comida, compartiendo con ellos un camino de humanidad distinta, reconciliada, como quisieron los primeros hebreos, como propuso Jesús; pero, en general, no quiere; por eso crecen los hambrientos, extranjeros y desnudos, para mal de ellos y, sobre todo, para mal de la sociedad establecida, que se está asomando al precipicio de su propia destrucción, es decir, de su infierno, como proclamó Jesús en Mt 25, 31-46.
Vivimos en una sociedad desalmada, donde los grupos dominantes se protegen expulsando o rechazando, negando un espacio de vida, a los extranjeros, sin advertir que rechazan a los hijos de Dios, y se destruyen a sí mismos, pues el mismo Estado ha de estar al servicio de los necesitados. El Dios de Israel (de Jesús) vive y alienta ante todo en los emigrantes, hambriento y extranjeros, y en defensa de llos puede y debe nacer un Estado en el que reine la justicia. Por eso, acoger no es una obra de pura caridad intimista (mal entendida), sino de estricta justicia, como dice Jesús (Mt. 26, 37)







Ignazio y Lizzy, dos niños enfermos con el Papa
El Papa ha abierto las puertas de su casa, la residencia de Santa Marta, a dos niños enfermos. El primero en visitarle, el jueves pasado, fue un niño italiano de 8 años. Ignazio Fucci sufre una enfermedad del sistema inmunológico que solo padecen 40 personas en todo el mundo. Se la están tratando en el hospital Niño Jesús, de Roma.
Hace unas semanas, Ignazio escribió al Papa para pedirle que rezara por él. En la carta le contaba que tenía muchas ganas de verle, pero no podía ir a los grandes encuentros con él porque le han hecho un trasplante de médula ósea y tiene las defensas bajas. Si va a sitios con mucha gente puede coger una infección. A la vista de eso, el Papa decidió invitarle a él y a sus padres al Vaticano. Allí rezó con ellos y les dijo que Dios está siempre a su lado, incluso en los momentos más difíciles.
Francisco recibió ayer a otra niña enferma: Lizzy Myers, de 5 años, que vive en Estados Unidos. En unos años, Lizzy se quedará sorda y ciega. Sus padres están intentando que antes de que esto ocurra pueda disfrutar del mayor número de cosas bonitas posible. Uno de sus grandes sueños era encontrarse con el Papa.

Alessandra y Francesco ayudan a jóvenes, novios y matrimonios jóvenes en su vocación
«Un noviazgo fuerte se consigue con Cristo»
¿Cómo nació vuestro proyecto, 5 pani 2 pesci (5p2p)?
Alessandra: Nosotros nos casamos en el año 2005, después de un intenso camino de noviazgo ayudados por los hermanos franciscanos de Asís. Ya desde el inicio tuvimos una fuerte necesidad de conocer cuál podía ser el carisma propio de nuestro matrimonio, porque cada pareja tiene un carisma particular que expresar. A día de hoy, desde intentamos llevar a Cristo a la vida de los jóvenes dando instrumentos prácticos y concretos para responder a su llamada a amar. ¡Nuestro objetivo es testimoniar la belleza de la vida en Cristo! Concretamente: escribimos en el blog, abrimos nuestra casa para acoger jóvenes, parejas de novios y esposos; editamos videos testimoniales sobre temas vocacionales y de afectividad; y damos nuestro propio testimonio allí donde nos llaman. Hoy hay cerca de quince personas que nos ayudan a sacar adelante este proyecto, y cada mes hay cerca de diez mil personas que siguen 5p2p. ¡La belleza es contagiosa!
Vosotros decís que se puede vivir un noviazgo «fuerte y luminoso»…
Francesco: La única manera de vivir un noviazgo fuerte y luminoso es metiendo a Cristo en el centro de nuestra vida. Pero nadie entra en el amor si no ha sido antes iniciado. Estudiamos años y hacemos muchas prácticas para ser médicos, abogados o ingenieros, pero nos metemos en esto del amor esperando que nos vaya bien. El amor es el centro de toda nuestra vida y fallar en esto quiere decir fallar en lo más importante de nuestra vida. Todos somos llamados a responder a la llamada al amor, a vivir una afectividad plena y madura.
Es mentira que si tus historias de amor no salen adelante, entonces debes consagrarte como religioso. El camino de cualquier pareja de novios se basa en entender bien en qué consiste el amor, saber cuáles son las dinámicas que hacen crecer el amor y cuáles son las que dejan morir una relación. El noviazgo es un tiempo de prueba, un discernimiento para saber si un chico y una chica están llamados a la vocación del matrimonio juntos.
En un ambiente en que cada vez más parejas deciden convivir sin casarse, ¿cómo proponerles hoy el matrimonio?
A.: Yo siempre me hacía esa pregunta: ¿qué diferencia hay entre casarse por la Iglesia e irse a vivir juntos? ¿Cambia mucho la cosa? La respuesta la encontré durante una profunda crisis después de tres años de matrimonio. Cuando pensaba que todo había sido un error y no tenía ya esperanzas, el sacramento que recibimos me salvó, aquel dolor fue por un bien más grande. Aquella dificultad me permitió ir hasta el fondo, curando las heridas del pasado. Todo aquello fue doloroso pero Cristo pasó por mi vida a través de las manos de Francesco. Si ante ese dolor me hubiera abandonado, nuestro matrimonio se habría destruido y yo estaría todavía más encerrada en aquellas heridas. Después de aquella crisis comenzamos un nuevo matrimonio. Casarse por la Iglesia significa amarse en Dios. Es un amor de tres: Alessandra, Francesco y Cristo.
El Sínodo de la Familia mostró su preocupación por los matrimonios jóvenes, porque buena parte de las rupturas sucede en los primeros años. ¿Cuál es vuestra experiencia? ¿Cómo habéis logrado «sobrevivir»?
A.: Nosotros llegamos a pensar en la separación después de tres años de matrimonio, por eso entendemos bien por qué muchos matrimonios terminan su relación. En toda vocación, también en los consagrados, llega siempre el momento de la prueba. Se trata siempre del momento más importante, el perno central de nuestra vocación, el momento en el que se llega a conocer lo peor del otro, cuando te das cuenta de que te falta el vino como en aquellas bodas de Caná.
¿Cómo se puede acompañar a los matrimonios en sus primeros años? ¿Qué se puede hacer desde la Iglesia, desde la parroquia?
F.: Es fundamental dar instrumentos durante el noviazgo y hacer un seguimiento a las parejas después de su boda. Para ello, para nosotros es necesario contar con matrimonios que hayan vivido y vivan una fuerte experiencia de Dios, y que ya hayan pasado por alguna crisis. Así ayudarán a otros matrimonios con su experiencia, con instrumentos prácticos y la luz de la Palabra de Dios. Un matrimonio joven no debería sentirse solo El testimonio y los encuentros son decisivos para que un matrimonio joven pueda coger fuerzas: «Si ellos pasaron por esto y siguen adelante, nosotros también podemos».



AGENDA DE LA SEMANA
Esta semana rezaremos por las religiosas de la parroquia y por las vocaciones a la vida consagrada.
________________________________________
15 ABRIL-2016 a las 21.30 horas:
AUDITORIUM MATRIMONII

SANTOS PORQUE ESPOSOS

Ponente Dº Jesús Sánchez Domínguez
________________________________________
EL SUPERVIVIENTE
“El único superviviente de un naufragio llegó a una isla deshabitada. Pidió fervientemente a Dios ser rescatado, y cada día divisaba el horizonte en busca de una ayuda que no llegaba. Cansado, optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de los elementos y guardar sus pocas pertenencias.
Un día, tras merodear por la isla en busca de alimento, cuando regresó a la cabaña la encontró envuelta en llamas, con una gran columna de humo levantándose hacia el cielo. Lo peor había ocurrido: lo había perdido todo y se encontraba en un estado de desesperación y rabia.
¡Oh Dios!, ¿cómo puedes hacerme esto? ―se lamentaba.
Sin embargo, al amanecer del día siguiente se despertó con el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Habían venido a salvarlo.
― ¿Cómo supieron que estaba aquí? ―preguntó a sus salvadores.
―Vimos su señal de humo ―contestaron ellos”






VIVIMOS EN UNA SOCIEDAD DESALMADA.
Emigrantes son los extranjeros, sin patria o familia verdadera, pues han debido abandonarla por hambre, presión social o violencia, para vivir errantes, sin retorno de acogida cultural o humana, sin Estado que sancione su derecho a la vida. Son pobres pues, careciendo en general de bienes económicos, carecen de protección jurídica y dignidad reconocida, estando así desnudos, conforme al lenguaje de la Bibilia: amenazados por la enfermedad y la cárcel (campo de concentración), como derecho humano.
Emigrantes, extranjeros y desnudos son hoy las minorías (¡a veces mayorías!) marginales sin protección social ni Estado que avale sus derechos, multitudes no aceptadas ni integradas en el grupo dominante. Nuestra sociedad podría ofrecerles comida, compartiendo con ellos un camino de humanidad distinta, reconciliada, como quisieron los primeros hebreos, como propuso Jesús; pero, en general, no quiere; por eso crecen los hambrientos, extranjeros y desnudos, para mal de ellos y, sobre todo, para mal de la sociedad establecida, que se está asomando al precipicio de su propia destrucción, es decir, de su infierno, como proclamó Jesús en Mt 25, 31-46.
Vivimos en una sociedad desalmada, donde los grupos dominantes se protegen expulsando o rechazando, negando un espacio de vida, a los extranjeros, sin advertir que rechazan a los hijos de Dios, y se destruyen a sí mismos, pues el mismo Estado ha de estar al servicio de los necesitados. El Dios de Israel (de Jesús) vive y alienta ante todo en los emigrantes, hambriento y extranjeros, y en defensa de llos puede y debe nacer un Estado en el que reine la justicia. Por eso, acoger no es una obra de pura caridad intimista (mal entendida), sino de estricta justicia, como dice Jesús (Mt. 26, 37)







Ignazio y Lizzy, dos niños enfermos con el Papa
El Papa ha abierto las puertas de su casa, la residencia de Santa Marta, a dos niños enfermos. El primero en visitarle, el jueves pasado, fue un niño italiano de 8 años. Ignazio Fucci sufre una enfermedad del sistema inmunológico que solo padecen 40 personas en todo el mundo. Se la están tratando en el hospital Niño Jesús, de Roma.
Hace unas semanas, Ignazio escribió al Papa para pedirle que rezara por él. En la carta le contaba que tenía muchas ganas de verle, pero no podía ir a los grandes encuentros con él porque le han hecho un trasplante de médula ósea y tiene las defensas bajas. Si va a sitios con mucha gente puede coger una infección. A la vista de eso, el Papa decidió invitarle a él y a sus padres al Vaticano. Allí rezó con ellos y les dijo que Dios está siempre a su lado, incluso en los momentos más difíciles.
Francisco recibió ayer a otra niña enferma: Lizzy Myers, de 5 años, que vive en Estados Unidos. En unos años, Lizzy se quedará sorda y ciega. Sus padres están intentando que antes de que esto ocurra pueda disfrutar del mayor número de cosas bonitas posible. Uno de sus grandes sueños era encontrarse con el Papa.

Alessandra y Francesco ayudan a jóvenes, novios y matrimonios jóvenes en su vocación
«Un noviazgo fuerte se consigue con Cristo»
¿Cómo nació vuestro proyecto, 5 pani 2 pesci (5p2p)?
Alessandra: Nosotros nos casamos en el año 2005, después de un intenso camino de noviazgo ayudados por los hermanos franciscanos de Asís. Ya desde el inicio tuvimos una fuerte necesidad de conocer cuál podía ser el carisma propio de nuestro matrimonio, porque cada pareja tiene un carisma particular que expresar. A día de hoy, desde intentamos llevar a Cristo a la vida de los jóvenes dando instrumentos prácticos y concretos para responder a su llamada a amar. ¡Nuestro objetivo es testimoniar la belleza de la vida en Cristo! Concretamente: escribimos en el blog, abrimos nuestra casa para acoger jóvenes, parejas de novios y esposos; editamos videos testimoniales sobre temas vocacionales y de afectividad; y damos nuestro propio testimonio allí donde nos llaman. Hoy hay cerca de quince personas que nos ayudan a sacar adelante este proyecto, y cada mes hay cerca de diez mil personas que siguen 5p2p. ¡La belleza es contagiosa!
Vosotros decís que se puede vivir un noviazgo «fuerte y luminoso»…
Francesco: La única manera de vivir un noviazgo fuerte y luminoso es metiendo a Cristo en el centro de nuestra vida. Pero nadie entra en el amor si no ha sido antes iniciado. Estudiamos años y hacemos muchas prácticas para ser médicos, abogados o ingenieros, pero nos metemos en esto del amor esperando que nos vaya bien. El amor es el centro de toda nuestra vida y fallar en esto quiere decir fallar en lo más importante de nuestra vida. Todos somos llamados a responder a la llamada al amor, a vivir una afectividad plena y madura.
Es mentira que si tus historias de amor no salen adelante, entonces debes consagrarte como religioso. El camino de cualquier pareja de novios se basa en entender bien en qué consiste el amor, saber cuáles son las dinámicas que hacen crecer el amor y cuáles son las que dejan morir una relación. El noviazgo es un tiempo de prueba, un discernimiento para saber si un chico y una chica están llamados a la vocación del matrimonio juntos.
En un ambiente en que cada vez más parejas deciden convivir sin casarse, ¿cómo proponerles hoy el matrimonio?
A.: Yo siempre me hacía esa pregunta: ¿qué diferencia hay entre casarse por la Iglesia e irse a vivir juntos? ¿Cambia mucho la cosa? La respuesta la encontré durante una profunda crisis después de tres años de matrimonio. Cuando pensaba que todo había sido un error y no tenía ya esperanzas, el sacramento que recibimos me salvó, aquel dolor fue por un bien más grande. Aquella dificultad me permitió ir hasta el fondo, curando las heridas del pasado. Todo aquello fue doloroso pero Cristo pasó por mi vida a través de las manos de Francesco. Si ante ese dolor me hubiera abandonado, nuestro matrimonio se habría destruido y yo estaría todavía más encerrada en aquellas heridas. Después de aquella crisis comenzamos un nuevo matrimonio. Casarse por la Iglesia significa amarse en Dios. Es un amor de tres: Alessandra, Francesco y Cristo.
El Sínodo de la Familia mostró su preocupación por los matrimonios jóvenes, porque buena parte de las rupturas sucede en los primeros años. ¿Cuál es vuestra experiencia? ¿Cómo habéis logrado «sobrevivir»?
A.: Nosotros llegamos a pensar en la separación después de tres años de matrimonio, por eso entendemos bien por qué muchos matrimonios terminan su relación. En toda vocación, también en los consagrados, llega siempre el momento de la prueba. Se trata siempre del momento más importante, el perno central de nuestra vocación, el momento en el que se llega a conocer lo peor del otro, cuando te das cuenta de que te falta el vino como en aquellas bodas de Caná.
¿Cómo se puede acompañar a los matrimonios en sus primeros años? ¿Qué se puede hacer desde la Iglesia, desde la parroquia?
F.: Es fundamental dar instrumentos durante el noviazgo y hacer un seguimiento a las parejas después de su boda. Para ello, para nosotros es necesario contar con matrimonios que hayan vivido y vivan una fuerte experiencia de Dios, y que ya hayan pasado por alguna crisis. Así ayudarán a otros matrimonios con su experiencia, con instrumentos prácticos y la luz de la Palabra de Dios. Un matrimonio joven no debería sentirse solo El testimonio y los encuentros son decisivos para que un matrimonio joven pueda coger fuerzas: «Si ellos pasaron por esto y siguen adelante, nosotros también podemos».



AGENDA DE LA SEMANA
Esta semana rezaremos por las religiosas de la parroquia y por las vocaciones a la vida consagrada.
________________________________________
15 ABRIL-2016 a las 21.30 horas:
AUDITORIUM MATRIMONII

SANTOS PORQUE ESPOSOS

Ponente Dº Jesús Sánchez Domínguez
________________________________________
EL SUPERVIVIENTE
“El único superviviente de un naufragio llegó a una isla deshabitada. Pidió fervientemente a Dios ser rescatado, y cada día divisaba el horizonte en busca de una ayuda que no llegaba. Cansado, optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de los elementos y guardar sus pocas pertenencias.
Un día, tras merodear por la isla en busca de alimento, cuando regresó a la cabaña la encontró envuelta en llamas, con una gran columna de humo levantándose hacia el cielo. Lo peor había ocurrido: lo había perdido todo y se encontraba en un estado de desesperación y rabia.
¡Oh Dios!, ¿cómo puedes hacerme esto? ―se lamentaba.
Sin embargo, al amanecer del día siguiente se despertó con el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Habían venido a salvarlo.
― ¿Cómo supieron que estaba aquí? ―preguntó a sus salvadores.
―Vimos su señal de humo ―contestaron ellos”

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si lo deseas puedes enviarnos tus comentarios y o sugerencias.

Datos personales

Vistas de página en el último mes