«La vida sin fe no es
vida»
Hoy es un
interno de la prisión de Soto del Real, Israel, madrileño de 32 años, quien nos
cuenta cómo en ese lugar de soledad y sufrimiento ha encontrado la fe, y esa fe
le está ayudando a vivir la vida con ilusión y alegría.
«Estas
letras son un pequeño resumen de mi historia personal.
Son muchos
los años en los que he ido afrontando la vida sin valentía, sin ilusión y sin
fe, sin hacerme responsable de nada de lo que sucedía a mi alrededor, ni
siquiera de las personas con quien me movía. Una vida llena de miedos,
desconfianza y adicciones a distintas sustancias.
Fe, qué
palabra tan bonita y qué difícil de encontrar cuando tu mente está embotada por
tantas y tantas realidades que te dan una falsa felicidad. Y ha sido aquí,
encerrado entre cuatro paredes, donde la he encontrado. En contacto con los voluntarios
de la capellanía y con el padre Paulino, y sobre todo a través de su forma de
ver la vida y de su experiencia de un Dios cercano y misericordioso, empecé a
buscar esa fe que tanto ansiaba. Poco a poco comencé a ver la religión de otra
manera. Dios empezó a tener un sitio en mi vida. La Misa de los domingos me ayudaba
a entender un poco mejor el mensaje de Jesús y su amor por los más pequeños,
por los pobres y necesitados, y por todos aquellos que se encuentran tirados al
borde del camino.
Sin saber
cómo todo lo empecé a ver distinto, la vida comenzaba a tener sentido para mí,
la espereza y la ilusión iban desbancando al sinsentido y a la tristeza. La fe
me empezaba a dar fuerzas para luchar y dejar de lado las adicciones y los falsos
dioses.
Y al final
llegó el momento en el que don Carlos Osoro, el arzobispo de Madrid, me bautizó
y confirmó el 4 de junio en una Eucaristía solemne celebrada en el salón de
actos de la prisión.
Hoy,
aferrado a esta fe en Dios que es Padre y me ama a pesar de mis pecados e
infidelidades, he conseguido hacer las cosas un poco mejor y con gran ilusión.
Ilusión por mi hija, por mi familia, por los compañeros... En una expresión:
ilusión por la vida.
Pues la vida
sin fe no es vida».
*Capellán de
la cárcel de Soto del Real.
Blasfemia en
Pamplona:
¿qué podemos
hacer?
¿Qué podemos
hacer los cristianos ante la profanación de Formas consagradas en Navarra? No
podemos devolver mal por mal, ni siquiera odiar. ¿Entonces, qué podemos hacer?
Lo mejor
puede ser procurar que Jesucristo sea nuestro mejor amigo, recibirlo en la
Eucaristía, hacer una buena confesión, rezar el rosario, acercar a muchas personas
a Dios y tantas otras cosas que se nos pueden ocurrir.
Todo esto
puede ser una buena forma de desagraviar. Además, los obispos, sacerdotes y
seglares podemos promover desagravios colectivos mediante actos tales como
exposiciones eucarísticas mostrando así nuestro amor por Quien ha muerto en la
cruz por nosotros.
Sin misericordia no hay cambio
Contemplemos
la esencia de esta revolución, la más urgente para nuestro mundo en guerra, esa
que comienza cuando Dios mismo se hace Hombre y realiza su encuentro con nosotros
en el camino de la vida. Los discípulos de Cristo tenemos la fuente de todo
nuestro ser y hacer en Él. Por eso, siguiendo sus huellas, hemos de ser ante
todo artesanos en el perdón, especialistas en la reconciliación y grandes
expertos en la misericordia. Solamente así podemos ayudar a caminar con fuerza,
esperanza y alegría. Si no vivimos así, nuestras comunidades podrán hacer
muchas cosas, pero serán pastorales sin misericordia, que nada promueven porque
les falta lo más importante para provocar el cambio. Precisamente porque la
Iglesia tiene que mostrar el rostro del Señor, porque cada comunidad cristiana ha
de enseñar el rostro de Cristo, el eje fundamental para una Iglesia en salida
ha de ser la misericordia.
Salgamos
todas las comunidades cristianas a los caminos donde están los hombres de
nuestro tiempo, encomendándonos a la misericordia de Dios; no siempre es fácil
hacerlo porque, cuando Jesucristo se acerca a los hombres, nos abraza y nunca se
cansa de perdonar; pero nosotros, en cambio, sí nos cansamos de pedir perdón.
Salgamos con el mensaje más fuerte del Señor; este mensaje vivido por los
discípulos de Cristo reforma la Iglesia, atrae a todos los hombres, cambia
nuestro corazón.
¿CÓMO CELEBRAR EL ADVIENTO EN FAMILIA? En ADVIENTO nos preparamos para acoger a Jesús esta navidad en nuestra casa y en nuestra familia. Aquí tienes algunas ideas sobre cómo compartir este tiempo de Adviento en Familia.
ü Montar la corona:
cada domingo podemos proclamar el evangelio y rezar y encender una vela más
cantando “Ven Señor Jesús, ven y sálvanos”.
ü Montar el Belén:
a los niños les da mucha alegría ayudar a recrear un Belén. La escena puede
irse montando al comenzar el Adviento, o lentamente cada día, dejando la cuna
del Niño Jesús vacía hasta Navidad.
ü Villancicos de Adviento: a
diferencia de los que se cantan durante la Navidad, las canciones de Adviento
deben expresar la espera, el anhelo por la llegada del mesías como el de “La Virgen sueña caminos”
ü Rezar algún misterio del Rosario:
no podemos olvidarnos de la Virgen Maria, es ella la que espera con más ansias
e ilusión a que nazca Jesús, pues es su hijo, al que lleva en su seno. Si los
niños son aún pequeños, se les puede iniciar con “los misterios gozosos” muy
propios de este tiempo litúrgico.
ü Participar de las actividades
parroquiales: durante este tiempo hay numerosos
actos en la parroquia que nos ayudan a vivir más intensamente el Adviento:
festival de villancicos, celebración penitencial, campañas solidarias (Kilo),
bendición del Niño Jesús, y por supuesto la misa dominical.
TESTIMONIO
DE UN MATRIMONIO CON UNA HIJA DISCAPACITADA
Las personas con discapacidad «nos hacen
conscientes a todos del valor de la vida», y son «un bien para los que estamos
cerca de ellos». Javier y Techus son
los padres de María, una chica de 16 años con síndrome de Down que es la
alegría de la casa. Su testimonio cerró Tsunamis de vida, una serie de vídeos
realizados por un grupo de universitarios para reflexionar sobre el valor de la
vida Este matrimonio afirma con naturalidad la realidad que viven «la vida está llena de alegrías y
sufrimientos, y querer eliminar estos últimos es un error, además de ser
imposible». Para ellos, María no es fuente de ningún trauma
familiar sino «una fuente
de alegría para todos los que la rodean»,
reconociendo que personas como su hija, nos hace conscientes a todos del valor de
la vida y el derecho que todas tienen a nacer, sea cual sea su condición: más o
menos guapas, más o menos inteligentes, pero al fin y al cabo todas PERSONAS.
Video
disponible en: http://www.alfayomega.es/13376/tsuamis-de-vida-despide-su-primera-temporada-con-maria-la-alegria-de-la-casa).
PARA REFLEXIONAR: «El primer ámbito que la fe
ilumina en la ciudad de los hombres es la familia. En la familia, la fe está
presente en todas las etapas de la vida, comenzando por la infancia: los niños
aprenden a fiarse del amor de sus padres. Por eso, es importante que los padres
cultiven prácticas comunes de fe en la familia, que acompañen el crecimiento en
la fe de los hijos. Sobre todo los jóvenes, que atraviesan una edad tan
compleja, rica e importante para la fe, deben sentir la cercanía y la atención
de la familia y de la comunidad eclesial en su camino de crecimiento en la fe.» Francisco,
LUMEN FIDEI no. 52-53
«No es posible el matrimonio
sin el perdón»
María
Dolores y José Ángel, terapeutas de pareja
Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo María
Dolores y José Ángel son los
creadores del método De Francisco-Canet para el perdón en el matrimonio. Desde
hace 25 años, en su consulta (www.terapiadepareja.es) ayudan a las parejas a
reconciliarse, y el 85 % lo consigue ya tras la cuarta sesión. «El Sínodo nos
ha decidido a ofrecer nuestro método a quienes trabajan en la Iglesia con los
matrimonios que pasan hoy por dificultades», afirman. Han compartido su
experiencia en la Jornada para Delegados de Pastoral Familiar que ha organizado
la Subcomisión de Familia de la CEE en Madrid.
María
Dolores y José Ángel, ¿cuántos años lleváis casados?
María
Dolores: Llevamos 38 casados y cinco de novios. Yo tenía 17 años cuando le
conocí.
José Ángel:
Y yo tenía 26 años.
¿Por
entonces ya tuvisteis alguna discusión?
MD: Claro
que sí. Tuvimos la típica bronca fuerte de novios, pero sabíamos que íbamos a
tener discusiones a lo largo del matrimonio y que teníamos que aprender a
discutir. Se dice que si una pareja no discute es porque se roza poco, se
quiere poco.Hoy hay muchas más rupturas que antes.
¿Creéis que
no sabemos discutir?
MD: Nosotros hemos observado en
nuestra consulta que, cuando en la pareja se van acumulando los agravios,
cuando no se van ventilando las diferencias, llega un momento en que uno acaba
por explotar. Y explotan porque antes no ha habido comunicación, no se han
pedido perdón.JA: Muchas veces dejamos que se acabe la comunicación fluida que
existe al principio de la pareja.
Uno se
encierra en su mundo y no se habla con el otro; y si no se habla es imposible
solucionar nada.
Es un
circuito sin salida.
MD: Y lo triste muchas veces es que cuando se quieren
poner a solucionar las cosas, acuden a un profesional que les recomienda la
ruptura.
Hoy es más
fácil romper que solucionar una crisis.
¿Todo esto
os ha pasado también a vosotros?
MD: ¡Claro
que hemos tenido discusiones! Pero hemos aprendido maneras para salir de ellas.
JA: Nadie
está inmune, pero es necesario conocer técnicas para perdonarse y no ir
acumulando agravios en la mochila.
Vosotros
insistís mucho en el perdón...
MD: Es lo
más importante. No es posible el matrimonio sin el perdón. Somos frágiles y
podemos equivocarnos. Además, tenemos que aprender que si hay un problema en la
pareja la responsabilidad No es de uno solo, es de los dos.
JA: Cuando
uno se siente muy agraviado es fácil caer en el victimismo. El perdón es la
solución. O como recomienda el Papa: «Aunque hayan volado los platos, no
acostarse nunca sin hacer las paces».
¿Una
infidelidad también?
MD: ¿Por qué
no podemos perdonar si ambos podemos equivocarnos? Se puede reconocer que uno
se ha equivocado, ver juntos qué hay detrás, por qué ha sucedido eso.
JA: Respetar
los tiempos del otro, hacer autocrítica... Y todo esto hacerlo los dos juntos.
Preguntarnos por qué hemos llegado a esta crisis, sin hacer caer toda la
responsabilidad en uno solo.
MA: Pedir
perdón no es un acto de humillación, sino un acto de reconocimiento de nuestra
fragilidad. Hemos de empezar por aceptarnos tal como somos, y compartir todo lo
que somos, sabiendo que somos imperfectos y nos podemos equivocar.
Es que
muchas veces queremos dar nuestra mejor versión, y esperamos que el otro haga
lo mismo...
MD: El otro
es un ser del que no tenemos un mapa. Conocerle abarca toda la vida, no solo el
noviazgo. Y cuanto más lo conoces, mas lo amarás, porque solo se ama lo que se
conoce.
JA: La
pareja es pasión y voluntad al mismo tiempo, y si no hay perdón, se rompe antes
o después.
MD: La
inteligencia emocional, el saber que el hombre y la mujer funcionamos de manera
distinta, el saber hacer autocrítica, los valores conyugales: la confianza, la
lealtad, la paciencia, el perdón, el respeto... todo eso se puede aprender,
pero exige el esfuerzo de ambos y también apartar nuestro egoísmo para alcanzar
un objetivo: hacer feliz al otro.
ORACION POR LOS SACERDOTES
¡Oh Jesús! Te ruego por tus fieles
y fervorosos sacerdotes, por tus sacerdotes tibios e infieles, por tus
sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones, por tus sacerdotes que
sufren tentación, por tus sacerdotes que sufren soledad y desolación, por tus
jóvenes sacerdotes, por tus sacerdotes ancianos, por tus sacerdotes enfermos,
por tus sacerdotes agonizantes, por los que padecen en el purgatorio.
Pero sobre todo, te encomiendo a
los sacerdotes que me son más queridos, al sacerdote que me bautizó, al que me
absolvió de mis pecados, a los sacerdotes con lo s que he celebrado la
Eucaristía y que me dieron tu Cuerpo y Sangre en la Sagrada Comunión, a los
sacerdotes que me enseñaron e instruyeron, me alentaron y aconsejaron, a todos
los sacerdotes a quienes me liga una deuda de gratitud, especialmente a….
¡Oh Jesús, guárdalos a todos junto a tu corazón y concédeles abundantes
bendiciones en el tiempo y en la eternidad.
Amén.
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